Los postres y la comida ultraprocesada que, lamentablemente están muy presentes en los hogares de millones de personas en todo el mundo, han demostrado ser la principal razón por las que muchas personas no sólo sufren de sobrepeso y obesidad, sino que además, presentan graves problemas de salud debido al consumo excesivo de azúcares, sodio y otros componentes químicos con los que el cuerpo debe luchar diariamente.
Los entrenadores y nutricionistas lo tienen muy claro y por esa razón es que no importa la circunstancia, incluso si se trata de las fiestas decembrinas, siempre van a evitar consumir cualquiera de estos 10 alimentos… o deberíamos decir, ¿comida?.
1. Pastel de frutas
Aunque a simple vista pueda tratarse de un plato que no ocasiona mucho daño al organismo, ya que contiene ingredientes como frutas, maíz, huevo y en ocasiones, vegetales, lo cierto es que los pasteles de frutas se distinguen por el hecho de que hoy en día, mayormente son preparados en fábricas que se dedican a la respostería industrial y que por ende, suelen realizar sus recetas a base de productos ultraprocesados, agregando grandes cantidades de azúcares, sal y conservadores.
Además de ello, también podemos encontrar margarina y jarabe de maíz, uno de los alimentos contra los que más se combate debido a los problemas que puede ocasionar a la salud.
Comer pastel de frutas en ocasiones muy contadas no tiene nada de malo, sin embargo, siempre que sea posible lo mejor es evitarlo o en caso de caer rendidos a la tentación, lo mejor es asegurarse de que este haya sido preparado en casa.
2. Bebidas energéticas
Teniendo en cuenta que la mayoría de los entrenadores profesionales son personas que casi todo el día están en movimiento, es natural pensar que requieren de grandes cantidades de energía para sobrellevar el día a día sin complicaciones.
Para la mayoría de las personas, recurrir al consumo de bebidas energéticas puede parecer una idea estupenda, especialmente, debido al trabajo de marketing que hay detrás de este tipo de productos.
No obstante, y así como lo aseguran diversos estudios, el consumo de las bebidas energéticos no está recomendado para ninguna persona, debido a que estas contienen en primera, grandes cantidades de azúcar que elevan la insulina a niveles insospechados, además de que también suelen integrar cafeína, un compuesto que si bien bebido con moderación no es malo, a la larga puede ocasionar trastornos del sueño, entre otros problemas.
3. Galletas de mantequilla
Las galletas de mantequilla suelen ser muy populares durante la época invernal debido a que se portan como un opción excelente para acompañar con una buena taza de café o chocolate caliente. Y lo cierto es que a simple vista no parecen ser dañinas, al contrario, son bastante ricas y muy pocas veces vamos a querer conformarnos con un par de ellas.
Y ahí es donde está el problema, pues este tipo de galletas son muy comunes dentro de la industria, por lo que con el fin de abaratar los costos y mejorar las ganancias, se suelen preparar a base de productos procesados como margarinas que incluyen grasas trans y sodio. Al mismo tiempo, el azúcar y el aceite de maíz tienen una gran presencia dentro de la composición de estas, por lo que resultan en una bomba nociva para nuestro organismo.
Estas galletitas tan ricas y tiernas a la vista no son recomendables para las navidad y de hecho, tampoco lo son para cualquier época del año, así que en medida de lo posible, lo mejor es evitarlas.
4. Dulces
No hace falta decir mucho acerca de los caramelos navideños y de cualquier tipo, estos estan hechos simplemente para ser aditivos, ya que en algunos casos pueden contener hasta 20 gramos de azúcar en porciones tan reducidas.
Para darse una idea de lo peligroso que es esto, las instituciones de salud recomiendan que, en promedio, un hombre adulto debe consumir 38 gramos de azúcar al día, y siendo que los dulces pueden contener 20 o más gramos de esta, podemos catalogarlos únicamente como productos que ni siquiera deben ser vistos en navidad.
5. Refrescos embotellados
Lo mismo sucede con los refrescos embotellados. Estos suelen contener cantidades irrisorias de azúcar y en países como México y Estados Unidos son los principales factores que dan paso a enfermedades como la diabetes tipo II, debido a la alta expansión que tienen en las mesas de las familias de todas las clases.
Algunos estudios indican que el consumo excesivo de los refrescos embotellados, además de la obesidad, puede llevar a desarrollar otros padecimientos como la demencia, disfunción eréctil y la depresión.
Contrario a lo que muchos creen, los refrescos libres de azúcar o calorías tampoco son la solución a este tipo de problemas y que para que puedan tener un sabor dulce, estos vienen adicionados con compuestos como el aspartamo y que se ha probado, resulta nocivo para la salud al ocasionar cambios en la tasa metabólica y el sistema circadiano.
6. Margarina
La margarina es utilizada por muchas personas como un sustituto rápido a la mantequilla debido a que se cree que se trata de un producto más saludable al no contener tantos niveles de grasa.
No obstante, debemos tener en cuenta que la margarina es un producto procesado y por tanto, su composición está hecha a base de grasas trans y sodio, principalmente. Las grasas trans por su parte, guardan una estrecha relación con los altos niveles de colesterol malo en la sangre, lo que lleva al posible desarrollo de enfermedades al corazón.
De la misma forma que ya se explico en el artículo correspondiente, la margina y la mantequilla es un ejemplar caso de cómo las calorías en los alimentos no siempre son iguales y por el hecho de que la primera tenga un menor aporte calórico no significa que sea más saludable que su contraparte.
7. Alimentos a base de queso
Durante las fiestas navideñas es común encontrarse con platillos hechos a base de queso, y como no, si este es uno de los alimentos más exquisitos que tenemos a nuestra disposición. El problema de esto recae en que el queso que se consume con frecuencia suele estar hecho en grandes fábricas que además de leche, utilizan otros compuestos para agilizar el proceso de fermentación o cuajación que en muchas ocasiones, aportan grandes cantidades de aditivos.
Además de ello, también son conocidos por la ridícula cantidad de sal con la que cuentan, sin mencionar la grasa, haciéndoles acreedores de calorías a niveles insospechados.
Por esa razón es que preparaciones como las papas gratinadas, los pasteles de queso, lasaña, entre otros; aunque muy ricos, no son los más saludables y, de hecho, lo mejor es evitarlos a toda costa.
8. Botanas empanizadas y/o fritas
Las botanas empanizadas son otro gran ejemplo de lo insalubre que una sóla comida puede llegar a ser. Durante las fechas navideñas las preparaciones como las salchichas y otros embutidos acompañados con pan frito como los mini hot-dogs, suelen ser muy frecuentes en las mesas de las fiestas.
Además del gran daño que el sodio que contienen estos embutidos, también tienen agentes y otras sustancias que pueden llevar al desarrollo de cáncer, sin mencionar las calorías que aportan.
9. Cafés “especiales” de las grandes franquicias
Los capuccinos, mokaccinos y demás excentricidades que suelen servirse en los cafés de las franquicias más grandes, pueden parecer bastante atractivos y divertidos, lo que incita a que muchas personas caigan presas de sus encantos.
Lo que no muchos saben es que estas peculiares preparaciones no sólo contienen café, sino que además se les adiciona varios gramos de azúcar, así como otros compuestos hipercalóricos y aditivos que ningún beneficio aportan al organismo. En promedio, una café de tamaño mediano puede llegar a partir entre 400 y 600 calorías, una cantidad que sin duda deja mucho de que hablar y de la que vale la pena preocuparse.
10. Helados
Los helados son otros de los grandes enemigos de los entrenadores y nutricionistas más experimentados. Y es que este es uno de los productos que más popularidad ha levantado en los últimos años, al punto de que con el fin de aumentar su producción, las grandes empresas se ven en la necesidad de recurrir al uso de compuestos químicos, conservadores y todo tipo de sustancias artificiales para simular el sabor de un auténtico helado de frutas.
Eso sin mencionar el azúcar, en donde puede haber hasta 20 gramos de ella en una pequeña porción, lo cual equivale a más de la mitad del azúcar que un adulto promedio debe consumir al día.
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