El entrenamiento sobre plataformas vibratorias (EPV), ha surgido en los últimos años como un nuevo método de entrenamiento en el que se utilizan las vibraciones a diferentes partes del cuerpo. Con esto, se logran efectos similares al entrenamiento en dónde se hace presencia del ciclo de estiramiento-acortamiento, a través de movimientos más seguros. Gracias al efecto de la vibración, el tejido muscular se ve sometido a un cambio en su longitud durante un período breve de tiempo.
Muchos estudios consideran al EPV como uno de los mayores avances en el entrenamiento de fuerza, velocidad y flexibilidad.
Resultados de aplicar vibraciones a todo el cuerpo
Al utilizar vibraciones en todo el cuerpo, aplicando el estímulo en los pies de la persona parada sobre la plataforma, se producen oscilaciones, las cuales viajan hasta ser amortiguadas por las articulaciones superiores. Con esta estimulación se producen respuestas biomecánicas y fisiológicas.
En este período, la parte más alejada, es decir, la cabeza, recibe una señal débil, puesto que esta ya ha ido disminuyendo con el viaje a lo largo del cuerpo, pasando primero por los tobillos y luego en las demás articulaciones.
El EPV y la flexibilidad
Un estudio realizado con mujeres sedentarias, a las que se les realizó la prueba “seat and reach”, los científicos observaron el efecto que las vibraciones aplicadas a todo el cuerpo producen al utilizar 2 frecuencias de entrenamiento diferentes.
La primera frecuencia utilizada fue de 20 Hz, mientras que la segunda subió hasta los 40 Hz. En la más baja se observó una mejora en la flexibilidad, mientras que en la segunda no hubo mejora, sino todo lo contrario, esta disminuía.
Con esto, se descubrió que incluso en los Entrenamientos sobre Plataformas Vibratorias, es importante trabajar con cargas seguras, independientemente de la rutina llevada a cabo, puesto que de no ser así, se obtienen más efectos perjudiciales que benéficos..
El EPV y el sistema neuromuscular
Para determinar la relación entre el EPV y el sistema neuromuscular, se realizó un estudio a jugadores de balonmano, llevando a cabo un entrenamiento sobre plataformas vibratorias. Luego de diez días con rutinas de 10 minutos cada día, los sujetos mostraron cambios en la potencia de salto y saltos reactivos de forma positiva.
En el artículo también se publicaron dos estudios en los que se menciona que dicho entrenamiento también mostraba efectos inmediatamente después de una sola sesión. Además de otro estudio llevado por el grupo de Bosco en el que se observó una mejora en la actividad neuromuscular.
Dicha activación provocada a partir del EPV, posiblemente es influida por mejorar la sincronización de las unidades motoras y el aumento de la inhibición de los músculos antagonistas.
El EPV y la velocidad
Dado a los resultados vistos en la mejora de la potencia muscular con el EPV, se pensó que sucedería lo mismo con la velocidad. A pesar de ello, en un estudio se demostró que un gran número de atletas de carrera no cambiaron el tiempo de llegada a metas de 5, 10 y 20 metros de forma significativa tras el entrenamiento sobre las plataformas vibratorias.
El EPV y la relación con otros métodos de entrenamiento de fuerza
Por otra parte, en otro estudio llevado a cabo por el Dr. A.V. Zinkovsky y demás científicos, en el que se realizaron varias series para comparar los efectos de las plataformas vibratorias, la electroestimulación y la combinación de ambos, la electrovibroestimulación.
Al concluir, se publicó que la unión de los dos métodos era mejor que los otros, si se hacían de forma separada. Con la electrovibroestimulación se observó una mejora en la flexibilidad (un incremento de entre 6 y 10 centímetros en la altura de subida de las piernas), y un aumento en la fuerza de contracción muscular tanto concéntrica como excéntrica.
Pör otra parte, y dado a que la influencia de las fuerzas G sobre los grupos musculares deben ser tomadas en cuenta (las plataformas vibratorias pueden aumentar la fuerza gravitatoria hasta los 14 G), se demostró que al realizar este tipo de entrenamientos, se lograría también un aumento en la masa muscular y por tanto, en la fuerza.
En conclusión
Finalmente, y en base a los diversos estudios realizados, se logró entender que el entrenamiento sobre plataformas vibratorias es ideal no sólo para aumentar el rendimiento, la fuerza o el volumen muscular, sino que además, podría servir en la prevención y rehabilitación de las lesiones.
De la misma forma que los músculos se ven beneficiados, pasa lo mismo con los tendones, las articulaciones, influyendo en la fuerza máxima y la fuerza explosiva, la potencia, la flexibilidad y por supuesto, la agilidad.
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