Es bien sabido que la proteína juega un rol muy importante en el crecimiento de la masa muscular. A medida que pasa el tiempo y por consiguiente, los entrenamientos se vuelven más intensos para conseguir un crecimiento mucho mayor, las necesidades y requerimientos del cuerpo hacia los nutrientes, también se van al alza. Llega un punto en el que los alimentos ya no son suficientes para suplir esa demanda, por lo que es preciso recurrir a otras alternativas para seguir obteniendo resultados óptimos.
¿Cuáles son esas alternativas? Por supuesto, los batidos de proteína, que son considerados como el santo grial del fitness para el crecimiento de la masa muscular, aunque desde un punto de vista exterior y con poco conocimiento sobre el tema, representa no más que un método invasivo y que puede repercutir en la salud de quienes la toman.
La falta de información o cultura deportiva, ha llevado a que muchas personas, incluyendo aquellos que llevan entrenando no más de un par de semanas en el gimnasio, tengan una mala percepción acerca del consumo de batidos de proteína, bajo la premisa que podría poner en riesgo la salud y que esta no es una forma natural de conseguir los resultados deseados. Si eres una persona que lleva entrenando de forma constante en el gimnasio, es posible que a lo largo de los años te hayas topado con comentarios del tipo “no bebas proteínas, es malo”, o “no consumas eso, son drogas”, y un sin fin más de advertencias de amigos y familiares que jamás han levantado una pesa ni leído nada al respecto, y que por tanto, tienen una nula idea acerca de qué son estos batidos.
¿Qué son los suplementos proteicos?
Bien, el primer punto a tener en cuenta, es que este artículo tiene un mayor enfoque en la comunidad aprendiz y los curiosos que se interesan por el tema, con planes de asistir al gimnasio en algún punto de su vida. Dicho esto, es importante como segunda instancia, aclarar que los batidos de proteína no son drogas como se cree, bajo ningún motivo se les debe comparar con esteroides ni otros anabolizantes, pues a pesar de que han sido pensadas para el crecimiento de la masa muscular, se trata de productos totalmente naturales.
“¿Naturales?” Exactamente, los batidos o suplementos de proteínas son suplementos alimenticios, que como su nombre lo dice, su función es la de suplir los requerimientos de macronutrientes que un atleta necesita para poder progresar a partir de los entrenamientos diarios. En palabras más concretas, los suplementos proteicos están hechos (claramente) de proteína aislada, carbohidratos (la cantidad de ellos varía según los objetivos del atleta, ya sea para ganar músculo o definir) y en la mayoría de los casos, tienen un porcentaje de cero, en cuanto a grasas se refiere. Imagina tener 300 gramos de pechuga de pollo, un alimento 100% natural, y de ella, poder extraer todas las proteínas que ahí se encuentren, para luego transformarlas en polvo. Pues en términos simples, de esta forma se hacen los suplementos proteicos.
Sabiendo esto, cualquiera llegaría a cuestionar entonces el por qué es necesario hacer procedimientos tan cautelosos para un producto que se puede obtener directamente de la carne, y aún más importante, por qué es que la gente los compra. Hay razones muy sólidas detrás de estas cuestiones, y es que la proteína en polvo es solamente eso, proteína, por lo que su contenido (del producto en general) en carbohidratos es muy reducido y ni hablar de las grasas, tal y como ya se ha mencionado anteriormente. Claro está, que al utilizar procesos químicos para su aislamiento, las proteínas también son mejoradas en cuanto a calidad para que estas puedan ser digeridas más rápido una vez entren al organismo, y así sean aprovechadas a la brevedad posible. Esta es una de las ventajas, y respondiendo a la segunda pregunta, la razón por la que se compra, es debido a que de esta forma, se ahorran las calorías adicionales que se podrían encontrar en un trozo de carne, provenientes de los carbohidratos y las grasas, de esta manera resulta mucho más fácil seguir un plan alimenticio que se adapta a las necesidades de cada atleta, sin tener qué sufrir por los desvaríos calóricos que serían muy comunes y tediosos si la proteína en polvo no existiera. Además, si uno se pone a pensar, es mucho más fácil consumir 3 cucharadas de proteína diluida en agua o leche, que comerse 300 gramos de pechuga de pollo, siendo que en ambos casos, podemos encontrar la misma cantidad de este macronutrientes.
Quizás una de las tantas razones por las que la proteína ha sido “satanizada” por la sociedad común, se debe a la gran cantidad de productos que la industria ofrece. Actualmente, en el mercado, no sólo tenemos acceso a miles de marcas de diferentes laboratorios que ofrecen su proteína en polvo, sino que también se ofrecen variantes de la misma, según la fuente de la que se ha extraído. Hablando en términos generales, existen tres tipos de proteínas más populares como lo son la proteína de suero de leche, la proteína de huevo y la proteína de soja, aunque también podemos encontrar otros (y con menos popularidad) como la proteína caseína y proteína de carne. En todas los casos, las proteínas utilizadas tienen una alta disponibilidad biológica, por lo que resultan saludables para el organismo, en especial para los músculos.
Los riesgo de tomar suplementos de proteína
El mismo grupo de personas que cuestiona el uso de proteínas para la ganancia de masa muscular, es también el que piensa que su consumo puede llevar a desencadenar una serie de riesgos que podrían en riesgo la salud de quien las toma.
Si nos sinceramos completamente, podríamos decir que sí, tomar proteína en polvo tiene sus riesgos, pero claro, únicamente si se toma en exceso, pero vamos, que todo lo que se hace sin moderación es malo para la salud, es algo así como bíblico y ha perdurado desde el principio de los tiempos.
Beber proteína con moderación, es decir, respetando las cantidades establecidas en la dieta para la ganancia de masa muscular, no aporta ningún problema, pues las proteínas corresponden a los macronutrientes, es decir, nutrientes que se obtienen de forma natural a través de los alimentos y que los músculos requieren para poder mantenerse en un estado óptimo, incluso si no se lleva a cabo ningún tipo de entrenamiento de hipertrofia. La proteína es y será, indispensable para el cuerpo humano, y eso es algo que no puede cambiarse.
Tal y como ya se ha descrito unas líneas atrás, el consumo excesivo de este macronutriente, obviamente lleva al desarrollo de enfermedades, siendo que los órganos más afectados son el hígado y el riñón. Aunque no es muy común, se han presentado casos de fallas renales en atletas que en algún punto de su vida, abusaron de estos nutrientes, pensando que de esta forma, lograrían resultados mucho, pero mucho más notables. ¿Qué quiere decir esto? que la proteína sí es necesaria para el crecimiento de la masa magra, pero beber más de la que el cuerpo necesita no te llevará a conseguir mejores resultados; lo único que se logra con ello es exponer al cuerpo a un déficit causado por enfermedades.
¿Cuándo tomar proteína?
Como ya te habrás imaginado, tomar proteína no es cosa de llegar a la farmacia, comprarse un bote del mejor suplemento del mercado y ¡pum! comenzar a beberla. Antes de hacer eso, se deben tomar en cuenta una serie de diversos factores en los que se determina si es viable o no, el consumo de esta.
Para una persona que apenas lleva un par de semanas o meses entrenando, no es recomendable la ingesta de proteína en polvo, pues debido a que su cuerpo no suele estar tan desarrollado (muscularmente hablando), sus requerimientos diarios se pueden completar únicamente a través de la alimentación, sin el temor a comer más carbohidratos o grasas de las estipuladas en el régimen alimenticio. No es un secreto (pues ya se ha dicho anteriormente) que las proteínas en exceso no ayudan a ganar masa muscular, sino a desarrollar enfermedades renales debido al esfuerzo del hígado y los riñones para poder sintetizar y eliminar las porciones adicionales. Y eso no es todo, hay que tener en cuenta de que al hacer esto, el número de calorías también se ve incrementado, lo que llevaría a una aumento en la acumulación de tejido graso dentro del organismo. Es por eso que las proteínas en polvo se reservan únicamente para atletas de nivel intermedio, avanzado y por supuesto, para culturistas de elite.
A pesar de que puede sonar contradictorio, tomar suplementos proteicos, supone una atención comparable a la que se tiene al momento de estar bajo medicación, y es que para que la proteína pueda tener el efecto deseado, se debe consumir en horas estratégicas, especialmente, después de finalizar los entrenamientos para empezar con la fase de recuperación de las fibras musculares, que también dependerá de la reposición del glucógeno perdido en el ejercicio. De ahí la importancia de que la proteína en polvo se debe consumir en forma de batido, en donde la leche aporta esos carbohidratos (glucogéno) necesarios.
Eso sí, recuerda que la proteína en polvo no es un medicamento, ni droga, ni mucho menos un método milagroso para ganar músculo en poco tiempo, sino una forma de complementar la alimentación para seguir alcanzado resultados de manera progresiva.
Puedo consumir proteínas teniendo 14
años y asiendo ejercicio durante casi un año ?