El embarazo es sin duda una de las etapas más hermosas en la vida de una mujer, pero también es una de las más delicadas, debido a la fragilidad del pequeño bebé que se carga dentro. Toda persona es consciente de ello y por eso lo más importante en este período es tomar las medidas necesarias para que todo fluya con orden, sobre todo por parte de las futuras mamás que estén acostumbradas a realizar algún tipo de actividad física. Los riesgos que se asumen son bastantes y por eso siempre es bueno conocer las principales causas para así evitarlas y optar por alternativas que no intervengan con el bienestar de ambos.
Reducción del flujo sanguíneo útero-placentario
El principal problema se debe a la disminución del flujo de la sangre hacia la zona útero-placentaria que se origina debido a la redistribución sanguínea que se genera por el ejercicio físico, atrayendo la sangre hacia las zonas musculares que se trabajan.
El lado positivo es que recientes estudios han descubierto que la disponibilidad de oxígeno en la sangre fetal no es tema como para alarmarse, por lo que con la ayuda de un profesional o tomando las medidas necesarias al momento realizar un ejercicio, no debe existir riesgo alguno tanto para el feto como para la madre.
Disminución en la glucosa fetal
Al someterse a cualquier tipo de actividad física que requiere de mucho esfuerzo, el cuerpo toma como principal fuente de energía a los hidratos de carbono. El cuerpo del feto funciona de la misma manera, siendo que este también tiene de una constante necesidad de glucosa para que la síntesis de proteínas pueda llevarse a cabo. Obviamente, esta necesidad será suplida gracias a la sangre materna, siendo esta la principal razón por la que se deben cuidar los niveles de azúcar, sobre todo en la segunda mitad de embarazo.
La hipertermia fetal
Al ejercitarse, la temperatura corporal de la made, va en aumento. Muchas hipótesis hacen mención sobre la probabilidad de afectar el desarrollo del feto debido a estos cambios bruscos que pueden prolongarse por muchas horas.
Hay que poner especial atención, sobre todo en el primer trimestre del embarazo.
El aumento de catecolaminas en la sangre materna
Practicar ejercicio propicia a una mayor liberación catecolaminas circulantes que tiene una serie de efectos en el organismo gestante, como por ejemplo, favorecer el flujo sanguíneo a las zonas ejercitadas (prácticamente es el mismo problema del que se habla en el primer punto), pero el mayor riesgo es la posibilidad de que esas catecolaminas sean las causantes de ocasionar contracciones en el útero antes de tiempo, dando paso a un parto prematuro.
En conclusión
Sin duda estos puntos pueden hacer que muchas madres cambien de parecer en cuanto a la posibilidad de practicar algún deporte durante la gestación, pero la verdad es que estos puntos no son más que hipótesis que aún deben ser analizadas con más profundidad y por supuesto, que pueden evitarse.
En MiPielSana, meses atrás hemos compartido un artículo en el que sugerimos algunos ejercicios que pueden practicarse durante el embarazo, sin problemas.
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