Aunque la ausencia de la menstruación es una de las principales maneras para saber si una mujer en verdad está embarazada, hay que tener en cuenta que no todas llevan un registro acerca de sus ciclos menstruales ―ya que cabe la posibilidad de que únicamente se trate de un retraso cuando la menstruación no llega en los días esperados―, y en ocasiones, los ciclos varían constantemente de mes a mes.
Sin embargo, el embarazo, al ser un período bastante largo y complicado, también muestra otros síntomas que no suelen presentarse en otras situaciones.
Luego de la concepción
Luego de concebir, se presentan una serie de síntomas de embarazo bastante notables, y que no requieren de un examen, o exámenes profundos de un médico, para reconocerlos. Hay que tener en cuenta que si sólamente llega a experimentarse con algunos de estos síntomas, es muy probable que la mujer no se encuentre embarazada, y sean otras las razones por las que se presenta uno de ellos.
Si la concepción se lleva a cabo en el momento que la mujer está en fase de ovulación, el óvulo fecundado llegará al útero, y ajustándose en su pared, luego de siete días.
Las hormonas
Primeramente, las hormonas comienzan a desarrollar un papel muy importante en el embarazo, ya que una vez que este se lleva a cabo, las mismas comenzarán a ser segregadas por el óvulo y el mismo cuerpo de la mujer, con el fin de preservar un correcto crecimiento del feto. Estos cambios hormonales serán los responsables más directos que indican sin duda alguna, el embarazo inminente.
Desde el séptimo día, hasta la doceava semana de embarazo, mediante la placenta, se libera una hormona llamada Gonadotropina Coriónica, que es la utilizada en las pruebas de embarazo y que indican que hay una persona desarrollándose dentro del cuerpo de la mujer.
Síntomas físicos del embarazo
Los Senos: En primera instancia, los senos comienzan a sufrir grandes cambios. Las areolas por ejemplo, es decir, los pequeños círculos que rodean al pezón, se tornan más oscuros y muestran erupciones diminutas que podrían confundirse con espinillas.
Los senos por su parte, adquieren una mayor sensibilidad y conforme el tiempo, aumentan su tamaño.
La vagina: Luego de haber tenido relaciones sexuales, entre los primeros siete o diez días siguientes, es muy probable que aparezcan leves sangrados vaginales. Este se diferencia del sangrado menstrual, porque solamente se despiden unas cuantas gotas que se tornan de color rosa o café claro, aunque finalmente desaparecen entre los dos y tres días posteriores.
La causa de este sangrado se debe a la implantación del óvulo fecundado en el útero, así que su aparición es totalmente normal, y no debe suponer alguna preocupación por parte de la mujer, en cuanto a su bienestar físico.
La temperatura basal: La temperatura basal, es decir, el registro de temperatura que se lleva a cabo a lo largo del período menstrual, que generalmente ronda los 36 grados, puede verse aumentada hasta en medio grado durante la ovulación, sin embargo, cuando hay un embarazo presente, esta elevación puede mantenerse por más de 18 días.
El abdomen: A pesar que el útero se mantiene pequeño durante los primeros días del embarazo, de la misma forma que sucede con el período, se percibe una molesta inflamación en la región abdominal, causando que la ropa se sienta más ajustada en la zona de la cintura.
Cansancio y la falta de sueño: En los primeros días, el cuerpo comienza a realizar ciertos ajustes para prepararse al embarazo, provocando una sensación de malestar, que no necesariamente significa estar enferma.
De la misma forma, empiezan a experimentarse problemas para dormir correctamente, y la satisfacción del sueño ya es casi imposible de realizar.
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