Cómo perder la grasa del abdomen

Independientemente de si eres hombre o mujer, perder la grasa del abdomen suele ser un reto bastante complicado y que con el tiempo incluso puede volverse frustrante debido a que, a pesar de poner mucho empeño y dedicación en el objetivo, los resultados que se obtienen no suelen ser tan satisfactorios como sucede con otras partes del cuerpo.

Un abdomen plano es símbolo de un cuerpo estético, pero más que eso, de un cuerpo saludable, y es que la grasa abdominal, que también suele ser conocida como grasa visceral debido a su ubicación entre los órganos internos y la cavidad abdominal, en exceso, puede provocar serios problemas relacionados con la resistencia del cuerpo a la insulina, la intolerancia a la glucosa y los altos niveles de colesterol malo o también conocido como LDL. Y eso no es todo, ya que también se suelen presentar problemas relacionados con el sistema cardíaco, algunos tipos de cáncer y la eventual aparición de la diabetes debido a los síntomas iniciales.

Existen muchas formas de reducir la grasa acumulada en el abdomen. Anteriormente, se han publicado una variedad estudios en los que se sometió a diferentes grupos de personas para tratar de erradicar este exceso en formas diferentes. Al primer grupo se le pidió realizar ejercicios abdominales —o de reducción localizada—, mientras que al segundo se le pidió llevar a cabo un entrenamiento de resistencia para compararlo con el entrenamiento aeróbico.

El primer estudio, el cual basó sus resultados en los entrenamientos de ejercicios abdominales, fue publicado en la revista National Strength and Conditioning Association. Los rutina de este grupo consistió en realizar un total de siete ejercicios a lo largo de 5 días por semana, durante 6 semanas. Al concluir el período, se descubrió que este entrenamiento había sido útil para aumentar la resistencia de los músculos del abdomen, aunque no sirvió en lo absoluto para eliminar la grasa acumulada. Las medidas finales fueron comparadas con las que se tomaron al iniciar la prueba en la que se midió la composición corporal, la resistencia del abdomen y la antropometría de cada sujeto.

Por otra parte, en el segundo estudio, que se llevó a cabo en el Centro Médico de la Universidad Duke, se hizo una comparación entre la capacidad para quemar la grasa del abdomen a través de ejercicios aeróbicos y ejercicios de resistencia, además de un tipo de entrenamiento que combinaba ambos métodos.

Los sujetos estudiados fueron divididos en tres grupos de forma aleatoria para llevar un método de quema de grasas diferente. El primer grupo, es decir, “el grupo aeróbico”, realizó un entrenamiento que equivale a correr 20 kilómetros por semana, con una intensidad que exige el 80% de la capacidad cardíaca máxima.

El segundo grupo, o “el grupo de resistencia” se sometió a un entrenamiento con pesas de tres series, de entre 8 y 12 repeticiones, tres veces a la semana. Tras concluir con el estudio, se descubrió que el primer grupo logró reducir una cantidad considerable de grasa visceral y grasa del hígado, mientras que el segundo grupo no logró resultados significativos.

Para el tercer caso, en el que se combinaron ambos métodos, se mostró una ligera mejora en comparación con el primer grupo. Además, también se llegó a la conclusión de que con la práctica de ejercicios aeróbicos se reduce la resistencia a la insulina y los niveles de LDL en la sangre.

Los estudios demostraron que comparando el ejercicio aeróbico con el ejercicio de resistencia, se logra quemar un 67% más de calorías en el primero, siendo esto fundamental para eliminar los depósitos de grasa, incluyendo la que se acumula en el abdomen.