La liposucción es el método quirúrgico que consiste en la extracción de grasa corporal en pro de tener una mejor estética, así como pulir ciertas partes del cuerpo que no suelen lograrse de forma tan fácil con el ejercicio y la correcta alimentación.
Se puede realizar en cualquier zona del cuerpo, aunque por lo general se aplica a la cara, específicamente cerca del mentón, el cuello y los pómulos. De la misma manera se practica en la parte superior de los brazos, las caderas, rodillas y pantorrillas, el busto y por supuesto, el abdomen, las piernas y glúteos.
Si bien la liposucción es el método más fácil para eliminar grasa extra del cuerpo, lo cierto es que como todo método quirúrgico, no está exento de riesgos, llegando a presentarse desde complicaciones leves como infecciones en la piel o ardor, hasta hemorragias durante y/o después del procedimiento, etc. Existen incluso casos de personas que han caído en estado de coma o incluso muerto durante la intervención, aunque estos son casos aislados que más que nada, se deben a las malas condiciones de las “clínicas” que se dedican a estas prácticas sin autorización oficial.
Esta es una de las principales razones por las que antes de realizarse una liposucción se debe hacer un gran análisis al respecto, no sólo al momento de tomar la decisión, sino también a la hora de elegir el lugar adecuado para llevarla a cabo, basándose en aspectos como el prestigio de la clínica o la experiencia del cirujano, más no sólo en lo económico que puede resultar la operación.
Precauciones a tomar en cuenta antes de hacerse una liposucción
Tal y como se indica en el párrafo anterior, hacerse una liposucción no es una decisión que pueda tomarse a la ligera, pues los riesgos a los que se expone pueden llegar a ser más grandes que los beneficios que traería a la salud.
Antes de la intervención se debe realizar una consulta con el médico, el cual tiene como obligación hacer una exhaustiva evaluación del historial clínico del paciente, un exámen físico completo y además, una evaluación psicológica. Es ampliamente recomendable acudir a esta cita acompañado de algún familiar o conocido cercano para tener la información lo más claro posible.
Debido a los riesgos que supone, es importante estar cien por ciento seguro de cómo se lleva a cabo el procedimiento, así como las precauciones a tener en cuenta un día antes de la cirugía y en los días posteriores para lograr una correcta recuperación. Para ello se deben hacer todo tipo de preguntas y asegurarse de haber entendido todas las respuestas que el médico proporcione ante dichas cuestiones.
Al momento de la cirugía también es importante acudir acompañado de alguien de confianza ya que los casos de hospitalización post-operatorios no son muy frecuentes.
Se debe tener en cuenta que si bien la liposucción es efectiva para la pérdida de grasa a muy corto plazo, no es la mejor opción para lograr un cuerpo perfecto.
Es imperativo vigilar y controlar algunas afecciones que pueden alterar los resultados de una liposucción, tales como:
- Sufrir de enfermedades cardíacas, o tener familiares con antecedentes familiares
- Padecer de hipertensión arterial
- Padecer diabetes
- Sufrir de algún tipo de reacción alérgica a los medicamentos utilizados
- Uso excesivo de sustancias nocivas como alcohol, tabaco o drogas no legales
- Problemas pulmonares como dificultad para respirar o bolsas de aire en la sangre
Tipos de liposucción
Existen 4 diferentes tipos de liposucción que se explican a continuación.
Liposucción tumescente
Se trata del método más común utilizado por los cirujanos plásticos. Consiste en inyectar una solución médica con el fin de minimizar los riesgos y facilitar el procedimiento de extracción de grasa. La solución está compuesta de lidocaína, epinefrina y una solución salina.
- En este caso, la lidocaína funciona como un anastésico local que se encarga de entumecer la piel durante y después de la intervención. Por lo general es la única anestesia que se utiliza en los pacientes.
- La epinefrina actúa como un contractor de los vasos sanguíneos, de manera que entre sus funciones está la de reducir la pérdida de sangre, así como la aparición de hematomas y la hinchazón de las zonas tratadas.
- Por último, la solución intravenosa es la que ayuda a extraer la grasa con mayor facilidad.
A pesar de ser este el método más común, es también el más tardado.
Liposucción superhúmeda
Tiene cierto parecido con la liposucción tumescente, sólo que en este caso no se utiliza tanto líquido, viéndose reducido hasta la cantidad de grasa que se va a extraer.
Aunque suele tomar menos tiempo no se utiliza con mucha frecuencia ya que requiere del uso de algún sedante o anestesia general para llevar a cabo el procedimiento.
Liposucción por ultrasonido
Este tipo de liposucción hace uso de vibraciones ultrasónicas para que las células adiposas se conviertan en líquido, las cuales se extraen inmediatamente se complete la transformación.
Este método es excelente para reducir la grasa acumulada e las zonas densas y fibrosas del cuerpo, tales como la parte superrior de la espalda o el tejido mamario agrandado de los hombres.
Es muy común ver que los cirujanos plásticos utilizan la vibraciones ultrasónicas en conjunto con la técnica tumescente para lograr una mayor precisión, además de realizar procedimientos secundarios o de seguimiento.
Liposucción por láser
Esta técnica utiliza energía láser para licuar las células adiposas. Una vez logrado esto, la extracción del tejido será mucho más fácil, ya sea a través de la aspiración o mediante el drenaje con la ayuda de pequeños tubos.
Debido a que en este caso se utilizan tubos más pequeños en comparación a la cirugía normal, la técnica por láser se reserva a la extracción de grasa para zonas del cuerpo más pequeñas como la barbilla, quijada y la cara.
Entre las grandes ventajas que se obtienen a través de la liposucción por láser, es que se estimula la producción de colágeno, previniendo de esta forma que la piel quede colgando después de finalizar el procedimiento.
Riesgos de la liposucción
Los riesgos directamente asociados con la liposucción, son:
- Sobrecarga de líquidos (debido al mismo procedimiento)
- Infecciones como estreptococos y estafilococos
- Abolladuras en la piel
- Formación de coágulos en la sangre
- Asimetría corporal debido a la extracción desigual de grasa en el cuerpo
- Reacciones desfavorables por los medicamentos
- Sobredosis de lidocaína
- Aparición de glóbulos pequeños de grasa en el torrente sanguíneo que pueden obstruir el correcto flujo de la sangre
- Shock debido a la mala reposición de líquidos
- Daño a los nervios, piel, tejidos u órganos internos
- Quemaduras debido a los instrumentos utilizados durante la intervención
- Cicatrización irregular
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