El dolor de las várices puede aliviarse a través de diferentes métodos tanto naturales, como médicos. En esencia su problema se debe a problemas de circulación en la sangre, ocasionados a partir de las enfermedades ya mencionadas, aunque existen otros factores que influyen en su aparición, tales como los antecedentes genéticos.
Cómo aliviar las várices con la alimentación
Cuando se tienen várices o se es propenso a padecerlas, hay que tener un especial cuidado en la alimentación, ya que elegir los alimentos a consumir en el día a día puede influir en la aparición de las mismas o incluso agravar el problema si es que ya se cuentan con ellas.
Lo primero que debemos tomar en cuenta es reducir el consumo de alimentos procesados. Y es que la mayoría de ellos como los encurtidos, embutidos, aderezos, enlatados y carnes rojas, cuentan con grandes cantidades de conservantes y sal que sólo propician a la retención de líquidos y por tanto, la hinchazón.
También es importante incluir una mayor cantidad de fibra en la dieta, ya que se ha demostrado a través de diversos estudios que esta ayuda a aliviar la presión abdominal que a largo plazo provocaría una insuficiencia en las venas, entorpeciendo la circulación de la sangre. Las frutas, verduras y granos enteros, son alimentos ricos en fibra que podemos añadir fácilmente en las comidas principales o en las meriendas. Podemos hacer mención de alguno de estos alimentos como los arándanos, moras, naranjas, cerezas, cítricos, avena y brócoli. La mayoría de ellos, además de contener grandes cantidades de fibra, también aportan una enorme porción de antioxidantes que ayudan a eliminar los residuos que se encuentran en el organismo.
Por último, pero no menos importante, también se debe hacer hincapié en la hidratación. Para ello, se recomienda tomar por lo menos 2 litros de agua al día.
Cómo aliviar las várices con remedios naturales
Existen diversas maneras con las que podemos aliviar las várices, principalmente la sensación de pesadez y el dolor constante, a través de la utilización de métodos que la naturaleza nos ofrece. Para ello, debemos recurrir al uso de plantas medicinales conocidas como venotónicas y que influyen en la dilatación de las venas para mejorar el flujo sanguíneo.
También actúan como sustancias anti-inflamatorias y antioxidantes para ayudar a tener una mejor sensación sobre la zona afectada. Algunas de estas plantas muy conocidas son las hojas de vid roja y el Ginkgo Biloba que se pueden encontrar fácilmente en herboristerías y tiendas naturales especializadas. Para tener un efecto potenciado, se recomienda el consumo de cualquiera de estos dos productos por lo menos dos veces al día y por un período prolongado de tiempo hasta empezar a notar los primeros cambios. Algunas de estas soluciones se encuentran disponibles en cremas médicas, aunque tocaremos este tema más detalle en los párrafos próximos.
Otra de las alternativas excelentes para aliviar las várices de forma natural es el uso del castaño de indias. Se trata de un fruto que entre sus semillas contiene un compuesto denominado escina y que se ha encontrado, propicia a que la sangre tenga un mayor flujo en el sistema circulatorio. Además de ello, aporta otros beneficios importantes como la reducción del dolor, los calambres, la sensación de pesadez y por último, evita la retención de líquidos. En muchos casos, el castaño de indias se utiliza para tratar las hemorroides (que también son consideradas como una especie de várices) y úlceras.
Para poder aprovechar los beneficios de esta planta curativa, debemos ingerir aproximadamente 400 mg al día de la sustancia. Lo más recomendable es dividir esta dosis en dos porciones, consumiendo la primera antes de desayunar y la segunda antes de ir a la cama, con el fin de reducir el riesgo de calambres y los dolores nocturnos que impiden el sueño, respectivamente.
Cómo aliviar las várices con fármacos
Cuando ninguna de las alternativas anteriores funciona, podemos recurrir al uso de productos médicos que ayudan a aumentar el tamaño de las paredes venosas, mejorando la circulación de la sangre y por tanto, reduciendo los síntomas provocados por las várices o evitar las posibles complicaciones.
Aunque es difícil recomendar marcas en concreto debido a la alta cantidad de productos disponibles en el mercado, sí que podemos hacer una recomendación con respecto a las opciones que contengan uno o más de las siguientes sustancias:
- Extracto de ginkgo biloba
- Flavonoides
- Escina
- Extracto de centella asiática
- Extracto de castaño de indias
- Troxerutina
También puede llegar a ser necesario el uso de anticoagulantes tópicos que impiden la formación de trombos, ayudando a mejorar la circulación y evitando así la acumulación de glóbulos rojos en los tejidos.
Por último, y en caso de existir complicaciones, se debe recurrir al uso de otros medicamentos como:
- Analgésicos: Alivian el dolor.
- Antibióticos: Únicamente cuando se presenta una infección o para potenciar el tratamiento contra las úlceras.
- Anticoagulantes: Para reducir la aparición de trombos o mejorar la circulación específicamente sobre las zonas afectadas.
- Antiinflamatorios: Reducen la inflamación.
- Cicatrizantes: Esenciales para el tratamiento de úlceras varicosas.
- Corticoides: Para paliar complicaciones que afectan directamente a la piel o por la aparición de eccemas.
- Diuréticos: Ayudan a eliminar los líquidos retenidos, reduciendo la hinchazón de las piernas y propiciando a la desaparición de los edemas. Es muy importante hablar con el proveedor de salud antes de tomar cualquier diurético.
Cómo aliviar las várices con cirugía
1. Stipping o método tradicional
Consiste en la eliminación de las venas afectadas, mediante la selección de dos ligaduras realizadas en cada extremo, que finaliza con la extirpación por tracción. Las ramas colaterales se extraen a través de microincisiones.
Este método, aunque es el más común, también es el más problemático, ya que requiere de anestesia general y el tiempo de recuperación es mucho mayor ya que postcirugía aparecen otros problemas como hematomas, dolores constantes e incluso pueden haber recaídas a mediano-largo plazo.
Debido a que durante la operación se tiene como propósito eliminar la vena safena, existe una posibilidad de que durante la extracción se lesione el nervio safeno, lo que llegaría a provocar parálisis cerca de la zona dañada.
2. Microcirugía
Con esta técnica se busca eliminar únicamente las venas afectadas a través de incisiones poco visibles. A diferencia de la cirugía tradicional, esta puede realizarse con anestesia local, además de que el tiempo de recuperación es casi inmediato, por lo que no es necesaria la estancia hospitalaria. Por si esto no fuese lo suficientemente atractivo, el resultado estético también es mejor y debido al hecho de que únicamente se extraen los trayectos afectados, aquellos que no están dañados pueden utilizarse para intervenciones futuras como la colocación de un bypass.
3. Escleroterapia para eliminar varices.
Este método consiste en producir la irritación de las paredes interiores de la vena, conocidas como endotelio, lo que obliga a que estas se cierren por sí mismas, quedan esclerosadas. En otras palabras, las venas dañadas quedan como un cordón cicatrizado sin sangre en el interior, lo que las hace prácticamente invisibles.
No obstante, hay que tener en cuenta de que la desventaja de esta técnica es que si la esclerosis no es total, hay una probabilidad de que con el paso del tiempo la vena pueda volver a abrirse, impidiendo el flujo de la sangre.
La escleroterapia puede realizarse a través de diferentes métodos específicos:
- Esclerosis química: Se hace uso de sustancias químicas para causar la esclerosis de las venas. Algunas de estas sustancias son:
- Líquidos: se introducen sustancias líquidas que irritan la pared venosa, dando paso a la esclerosis..
- Espumas: son prácticamente los mismos productos usados en la técnica anterior, con la diferencia de que estos se presentan en forma de espuma. Su función es la de aumentar la superficie de contacto, lo que resulta en la irritación del endotelio (pared interior de la vena) y por tanto, la esclerosis del mismo.
- Crioesclerosis: La sustancia utilizada para la esclerosis se enfría a varios grados bajo cero, lo que facilita la irritación del endotelio. Este método es considerado como mixto, ya que hace uso de un proceso químico (a través de la sustancia inyectada) y físico (al causar el frío).
- Esclerosis física: Para producir la esclerosis de la vena se recurre a métodos físicos como la utilización de la luz, generalmente conocida como fotoesclerosis o laserterapia. También se hace uso de ondas de radio que actúan sobre el endotelio, provocando su cicatrización. A su vez, este último método puede dividirse en tres formas:
- Láser superficial: se aplica desde el exterior, atravesando la piel. Tiene un mayor uso en el tratamiento de varículas, arañas vasculares y venas pequeñas superficiales. Esta técnica no se recomienda en personas de piel oscura, en aquellas que siguen un tratamiento anticoagulante, o bien, en caso de tener una mayor tendencia a la cicatrización aumentada.
- Endoláser: También denominada como láser interno, la técnica se caracteriza por introducir una fibra óptica dentro de la vena para ir cerrándola dentro del recorrido. Claramente, el método no es adecuado para cerrar venas altamente abiertas.
- Terapia fotodinámica: Consiste en combinar el láser externo con la esclerosis química, por lo que además de incluir la sustancia esclerosante, también incluye un producto que aumenta la eficacia del láser, dando la posibilidad de aplicarse directamente en venas grandes sin ocasionar daños a la piel.
Métodos caseros para aliviar el dolor de las várices
- Elevar la piernas al acostarse para reducir la inflamación. Se puede hacer uso de un cojín o almohada debajo de los pies para lograr este cometido.
- Aplicar aloe vera directamente sobre la zona dañada para reducir la presión de las várices. Para ello se debe colocar con la ayuda de un masaje en forma circular lo que ayudará a reducir la inflamación, estimular la circulación y conseguir una sensación fresca y relajante.
- También se puede hacer uso de las medias de presión para alivar el dolor de forma efectiva.
- Es altamente recomendable evitar el uso de ropas ajustadas, ya que esto evita la correcta circulación de la sangre sobre las partes afectadas.
- Se pueden hacer aplicaciones de frío y calor, colocando paños calientes sobre las várices, haciendo presión durante 5-10 minutos aproximadamente. Después de este tiempo, esperaremos unos minutos más para colocar compresas frías, lo que facilitará la circulación sanguínea.
Ejercicios para aliviar el dolor de várices
Por último, también podemos realizar algunos ejercicios para ayudar a reducir el dolor ocasionado por las várices.
Separación de piernas
- Colócate sobre el suelo boca arriba.
- Levanta la piernas estiradas de manera alterna, de modo que puedan cruzarse a mitad del recorrido.
- Repite hasta un total de 10 o 15 veces por cada lado.
Pedaleo en el aire
- Colócate sobre el suelo boca arriba.
- Una vez estando en esta posición, deberás simular el movimiento producido al pedalear, manteniendo los pies en el aire.
- Hacer de 15 a 20 repeticiones por cada lado.
Giros de pierna
- Colócate sobre el suelo boca arriba.
- Levanta una pierna de manera que quede completamente estirada, con la punta del pie mirando hacia arriba.
- A partir de ahí, deberás empezar a girar la pierna levatada, rotando sobre su propio eje en sentido de las agujas del reloj.
- Harás este movimiento durante 15 a 20 veces, contando una repetición hasta dar un giro completo de 360 grados.
- Posteriormente, deberás hacer lo mismo con la otra pierna.
- Al finalizar, regresa a la pierna anterior y haz de nuevo el recorrido pero en sentido contrario a las agujas del reloj.
- Repite con la otra pierna.
Caminata sobre talones
- Colócate los pies de manera que todo tu peso recaiga únicamente sobre los talones. Para ello, deberás mantener la punta de los pies sobre el aire.
- En un movimiento controlado regresa la punta de los pies hasta el suelo.
- Vuelve a repetir la posición inicial durante 30 veces.
Caminata de puntillas
- Colócate de pie de manera que todo tu peso recaiga sobre los dedos de los pies.
- Lleva los talones hacia el suelo en un movimiento controlado y luego regresa a la posición inicial.
- Repite el mismo movimiento 30 veces.
Separación de pies
- Colócate en una silla con los pies mirando hacia el frente.
- Lleva la punta de los pies hacia afuera, de modo que apunten en direcciones opuestas.
- Regresa a la posición original.
- Repite 20 veces.
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