Si bien el embarazo puede ser considerado como un período de fragilidad para la mujer y el bebé, hay que tener en cuenta que esto no es una excusa para no realizar algún tipo de actividad física, siempre y cuando se haga de forma moderada y no existan riesgos mayores para ambos.
Una de las ventajas de hacer ejercicio durante el embarazo es que ayuda a mantener a la mamá un peso adecuado, brinda una mayor energía para mantener el buen humor, así como fortalecer los músculos, que resulta una preparación ideal para el parto. Eso sí, siempre es importante consultar con el médico para planear adecuadamente el programa de ejercicios a realizar, en caso de que exista algún detalle que deba considerarse.
Por último, recordar también que todas las mujeres son diferentes, tanto en la forma en la que sus cuerpos se adaptan a la actividad física, así como en los hábitos previos al embarazo. A mujeres que practicaban deportes desde antes, puede resultarles más fácil la actividad física. Las que no, podrían empezar con caminatas leves para ir acostumbrando el cuerpo a las posteriores rutinas.
- Caminatas: Como ya venía mencionando, es ideal para quienes nunca habían practicado algún tipo de ejercicio. Pero al mismo tiempo, también lo es para quienes ya lo hacían, puesto que las caminatas no requieren de herramientas adicionales ni cuidados específicos a la hora de realizarlas. Entre sus beneficios, están el de estimular la circulación de la sangre, previniendo la hinchazón de las piernas, el estreñimiento o la aparición de las hemorroides.
- Ciclismo: No a manera profesional, pero sí, salir a pasear en bicicleta resulta bastante beneficioso, pues es un ejercicio muy similar a las caminatas, además de que resulta más divertido. Sin embargo, no se recomienda luego del sexto mes, debido a los problemas de equilibrio que se presentan en esta etapa del embarazo. Aún así, optar por una bicicleta elíptica no es mala idea.
- Yoga: Ayuda a la relajación del cuerpo, la preparación mental para el momento del parto, mejora la postura corporal, previene dolores de espalda, así como problemas con las hemorroides y las náuseas. De la misma forma es ideal para reducir la presión que el peso supone en el embarazo, así como disminución en la sensación de fatiga, la tensión nerviosa, y provee mayor oxígeno al bebé.
Ejercicios acuáticos: Son ideales para reducir la presión ocasionada por el excesivo peso provocado por el bebé y los líquidos almacenados en el cuerpo. También son buenos para regular la temperatura corporal. - Pilates: Excelentes ejercicios que aportan beneficios similares a los del Yoga. Sin embargo, debe tenerse en cuenta, omitir los ejercicios que hagan presión contra el vientre o tengan algún efecto negativo en el equilibrio.
La verdad es que opciones hay bastantes, así que no hay pretexto para no hacer ejercicio durante el embarazo, pues al final de cuentas no se hace por cuestión de estética, sino para mantener la salud del bebé y la mamá en estado óptimo.
Luego del embarazo, seguir haciendo estos ejercicios, así como otros en los que se destacan los Kegel, levantamiento de hombros, cabeza y para el abdomen, son ideales para evitar problemas como la depresión post-parto.
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