Padecer de un resfriado o sentirnos mal para ejercitarnos es una situación muy frustrante, nos desequilibra el entrenamiento y no sabemos si debemos seguir con nuestras rutinas o frenar hasta que nos sintamos mejor. Nuestro objetivo es responder a esa pregunta que te surge cuando estás enfermo y quieres saber ¿qué hacer con los entrenamientos? Desde ya te avisamos que la respuesta es variada debido a que todo depende de tus síntomas y del tipo de entrenamiento que quieras realizar.
En caso de que tengas síntomas que te afecten la zona de la cabeza, como pueden ser estornudos, congestión nasal o sequedad de la garganta, podemos decir que estás en condiciones de hacer ejercicios suaves y moderados. Eso sí, es importante que escuches a tu cuerpo y lo dejes descansar cuando te lo pide.
Si sientes que puedes hacer ejercicio, prueba comenzando con algo de ejercicio suave y ve cómo responde tu cuerpo tras diez minutos y desde allí decide si debes dar un paso atrás o si puedes seguir adelante. Si no te encuentras muy enfermo, el entrenamiento puede ayudar a que tu sistema inmunológico mejore antes, por lo que si solamente padeces de un resfriado común y sientes que tienes las fuerzas para hacer algo de ejercicio, entonces estos son los movimientos que te recomendamos:
- Caminar
- Yoga
- Pasear en bicicleta
- Tai Chi
Eso cuando tienes resfriado o síntomas leves. Pero cuando tienes algunos de los siguientes síntomas debes evitar a toda costa cualquier clase de ejercicio:
- Diarrea
- Tos húmeda o seca
- Vómitos
- Dolor de músculos
- Fiebre alta
- Glándulas inflamadas
Si tienes los síntomas o padeces alguna de esas enfermedades, entonces te recomendamos que vayas a la cama y descanses. Es muy importante que le des a tu cuerpo el tiempo que necesita para descansar, sanarse y no olvides mantenerte hidratado. No es el mejor momento para empujarte a hacer ejercicio porque solo te atrasarás mal al empeorar tu situación. También es clave que no disperses tus gérmenes por aquellos que te rodean cuando estás enfermo, así que no sería bueno de tu parte ir al gimnasio a enfermar a otras personas.
Cuando hayas superado los síntomas más graves y quieras volver a tu rutina habitual, asegúrate de asear bien tus manos antes de tocar algún equipo.
Ten en cuenta que enfermarse es algo que nos pasa a todos en la vida y por más sanos que seamos no podemos evitarlo siempre. Lo mejor es escuchar a nuestro propio cuerpo ya que es el único que nos dará las respuestas adecuadas. Cuando te lo pida, deja que descanse y se recupere para volver con todas las fuerzas y entusiasmo a entrenar como antes.
¿Tienes alguna duda o comentario? Expertos lo responderán en las próximas 24 horas.