El embarazo es quizás la etapa más hermosa en la vida de cualquier mujer; ese período en el que por nueve meses se espera a esa personita que cambiará la vida de la mamá, así como de su pareja, para siempre. Y venga, que al ser una etapa donde el cuerpo de la mujer pasa por una serie de cambios drásticos para dar paso a la gestación del futuro bebé, hay que tomar medidas de mucho cuidado para garantizar que el desarrollo del feto sea lo más óptimo posible.
A lo largo de los años, gran cantidad de mitos se han presentado en torno al embarazo, algunos pueden ser inofensivos, como parte de las creencias de los más grandes, pero otros también pueden ser algo más riesgosos, poniendo en peligro la salud del bebé y la madre. En base a ello, te presentamos nueve mitos del embarazo que debes evitar.
Mito 1. Se puede beber alcohol
Quizás puede parecer algo totalmente lógico, pero la verdad es que todavía existe gran cantidad de personas que creen que beber unas cuantas copas de alcohol de vez en cuando es de lo más normal cuando una mujer está embarazada. Nada más alejado de la realidad, y es que esta sustancia es considerada como uno de los teratógenos más potentes; es decir, que puede causar malformaciones en los huesos, las articulaciones, el corazón, así como epilepsia, entre otros problemas, incluyendo la hipertensión y tromboembolismos en la madre y el feto; enfermedades que resultan mortales para ambos.
Mito 2. Una mujer embarazada no debe tener relaciones sexuales
Muchos apoyan la afirmación del embarazo como una etapa en la que no se debe tener relaciones sexuales. Sin embargo, se ha demostrado que el hecho de mantener este tipo de actividades con la pareja, ayuda en cuanto a los psicológico y estado emocional de ambos, se refiere. Sin embargo, hay que buscar las posiciones en las que no se ejerza demasiada presión sobre el abdomen en etapas avanzadas, y en caso de tratarse de un embarazo múltiple, abstenerse después la semana 32, ya que el semen libera prostaglandinas, sustancia que puede desencadenar un parto prematuro.
En embarazos prolongados, las relaciones sexuales pueden servir para forzar el parto de forma natural.
Mito 3. Cero ejercicios
Hacer ejercicios es un hábito que debe tenerse desde muy temprana edad, e incluso las mujeres embarazadas pueden disfrutar del mismo, ya que en las primeras semanas puede ayudar bastante si la mamá sufre de mucho estrés. Por otra parte, también es importante, ya que conforme pasan la semanas y el útero va creciendo, la vena cava inferior en el abdomen se va obstruyendo, evitando que la sangre pase de forma fluida de los miembros inferiores hacia el corazón, provocando la retención de líquidos y la generación de coágulos que podrían viajar hasta los pulmones, finalizando en una eventual muerte.
Eso sí, antes de realizar cualquier tipo de actividad física, es recomendable visitar al médico para conocer más acerca de los ejercicios que una embarazada puede realizar sin riesgos.
Ejercicios para embarazadas: tú y tu bebé lo agradecerán
Mito 4. Las embarazadas deben comer el doble
El hecho de tener a una persona creciendo dentro del cuerpo de una mujer, no significa que deba alimentarse el doble. Este es uno de los mitos por los cuáles muchas mamás ganan muchos kilos durante el embarazo, y que salen a flote después del parto.
Los médicos aseguran que una mujer, en estados óptimos, deben aumentar alrededor del 20% de su peso corporal, evitando ciertos problemas relacionados con la obesidad como la presión alta, permitiendo que el parto pueda realizarse de forma segura.
Mito 5. El sexo lo determina la forma del abdomen
La única forma de determinar el sexo de un feto es mediante una ecografía, ya sea transvaginal o transabdominal (según el criterio del médico), la cuál puede realizarse a partir de la semana 20 de gestación. En casos de embarazo múltiple, la tarea se hace más complicada, pues el posicionamiento de un feto puede tapar los genitales de otro.
Un abdomen puntiagudo no significa que se esté esperando un varón. Y un abdomen redondo, tampoco significa que una nena esté en camino.
Mito 6. Los medicamentos convencionales están permitidos
Durante el embarazo, la tos, gripe, u otras enfermedades de carácter común que generalmente suelen adquirirse en la farmacia por venta libre, quedan prohibidos en los absoluto, y es que muchos de ellos pueden provocar abortos instantáneos. Lo mejor para estos casos es consultar al médico quien recetará el medicamento adecuado para alivianar a la mamá sin comprometer su salud o la del feto.
Mito 7. Fumar durante el embarazo no está mal
Cualquier cigarrillo ocasional durante el embarazo, también está estrictamente prohibido. Las mujeres fumadoras deben estar más conscientes de ello, pues generalmente no se sabe de un inminente embarazo hasta que se deja de menstruar.
Los cigarros, al igual que el alcohol pueden causar malformaciones en el feto, así como hipertensión y tromboembolismos en ambos.
Mito 8. Comer carne sin preocupaciones
Es cierto que las necesidades proteicas y de hierro durante del embarazo se ven aumentadas considerablemente, sin embargo, para saciar tales necesidades debe optarse por soluciones poco convencionales, evitando el consumo de carnes rojas.
Mito 9. Las contracciones solo se presentan hasta la hora del parto
A diferencia de lo que muchas mujeres pueden creer, las contracciones son fenómenos bastante habituales durante el embarazo. Durante los primeros meses de este proceso, las contracciones se presentan, aunque estas no suelen ser percibidas por la madre. A partir del tercer trimestre, se manifiestan a mayor intensidad, aunque no necesariamente significa que ya es la hora del parto.
Para el momento en el que el bebé se ha decidido a nacer, suelen presentarse de dos a cuatro contracciones cada diez minutos, y duran entre 30 y 60 segundos. En esta etapa, el cuello uterino se dilata y la “fuente se rompe”, lo que indica que ya es momento de ir al hospital.
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