La salud del cuerpo, específicamente cuando se trata de adelgazar, es un tema de suma importancia en la sociedad actual. La razón principal, son los índices de obesidad que se presentan en los países más desarrollados del mundo. Hoy en día, muchas organizaciones gubernamentales y autónomas han creado intensas campañas como muestra de su compromiso para combatir la obesidad y todas las enfermedades que ello acarrea. Lamentablemente, a pesar de los grandes esfuerzos de estas instituciones, aún no se han cosechado los frutos esperados, dado a que el adelgazamiento es un tópico que ha generado mucha controversia a lo largo de los años, aún a pesar de las herramientas comunicativas como la televisión o el internet, que nos permiten el fácil acceso a la información.
Una persona que se ha dispuesto a eliminar esos kilos de más, producto de un deplorable estilo de vida, va a encontrarse con muchas dificultades en el proceso que le pueden llevar a tirar la toalla ante el primer síntoma de aburrimiento o frustración por cambiar de manera tan drástica y repentina sus hábitos alimenticios, y es que erróneamente, una gran parte de la población cree que el método más efectivo para adelgazar es evitar el consumo de alimentos.
Hasta cierto punto esto podría ser verdadero -pero es importante recalcar que solo hasta cierto punto-, pues una dieta balanceada requiere de un control calórico más estricto que se logra mediante la reducción en el tamaño de las porciones que se consumen en cada comida. No obstante, hay quienes llegan a puntos mucho más extremos, limitándose a comer una vez al día, ignorando por completo que esto no es nada recomendable para adelgazar, pues a la larga, esto propicia al desarrollo de una serie de problemas que pueden resultar graves para el organismo.
La práctica constante de esta abstinencia a la comida y que de forma común denominamos como ayuno, irónicamente contribuye a la acumulación de más grasas, cuando este se lleva a cabo de forma irregular y frecuentemente.
Por qué el ayuno constante te hará ganar más peso
Esta es una cuestión que resulta controversial para quien la ha escuchado por primera vez, pues lo que no muchos saben es que el cuerpo requiere no sólo de energías para poder funcionar, sino también de nutrientes como vitaminas y minerales (micronutrientes), además de carbohidratos, proteínas y por supuesto, grasas (macronutrientes) que obtenemos a partir de los alimentos. Sin ellos, el cuerpo simplemente no podría realizar sus funciones vitales.
En el caso de este último grupo, podemos darnos una idea acerca de la función que desempeñan en el cuerpo una vez que son ingeridos. Los carbohidratos por ejemplo proporcionan esa dosis de energía necesaria para llevar a cabo actividades físicas demandantes como trabajar, hacer deporte, etc. Las proteínas por su parte, funcionan como fuente de combustible para que los músculos puedan desarrollarse adecuadamente o mantenerse en estado óptimo.
Por último, las grasas, sirven para proteger los órganos internos o crear células y hormonas que desempeñan funciones vitales en el organismo.
Hasta este punto es posible concluir que sin el consumo de alimentos y por ende, los nutrientes ya mencionados, la vida misma simplemente no podría ser posible, pero no por eso saltarse una comida significa la perdición total, de hecho es recomendable hacerlo de vez en cuando como una alternativa para limpiar el cuerpo(se le conoce como ayuno intermitente, pero ese es otro concepto que merece ser mencionado en un artículo completamente diferente).
La relación entre el ayuno y la ganancia de masa grasa es ocasionada por una serie de factores entre los que se involucra el déficit de los nutrientes en general. Sabemos que el cuerpo ha evolucionado para alimentarse constantemente y gracias a ello también ha desarrollado mecanismos de defensa para poder sobrevivir cuando hay una ausencia de alimentos. Este mecanismo o estado de emergencia como coloquialmente se le conoce, consiste en que el cuerpo se ve obligado a reducir significativamente su consumo de energías, por lo que el metabolismo se vuelve sumamente lento. Al tener una tasa metabólica baja, la demanda calórica también se ve reducida, además de que ante el más mínimo consumo de cualquier alimento, este será procesado y almacenado en forma de grasa como una reserva de energía para el estado de emergencia en el que se encuentra.
Pero eso no es todo, y es que hay que recordar el protagonismo de los lípidos para la creación de ciertas hormonas vitales, entre las que se encuentra la leptina, y cuya función es la de enviar señales al cerebro para activar la sensación de saciedad en base al consumo de grasas. Es un tema algo complejo de explicar, pero prácticamente, si se hace de la forma adecuada, ingerir grasas nos podría ayudar a combatir la obesidad, pues con ello se reducen las porciones consumidas en cada sentada.
Sobre las dietas restrictivas que impulsan el ayuno
La industria del fitness o al menos la parte oscura que se preocupa más por generar dinero que por la salud de la población, ha dado impulso a que cada vez salgan a la luz las conocidas dietas rápidas que proponen una pérdida de peso exagerada en pocos días o semanas. La mayoría de ellas se caracterizan por llevar un régimen alimenticio pobre y con un número de comidas sumamente escaso. Y aunque bien es cierto que pueden funcionar, la realidad es que solo lo hacen virtualmente, pues gran parte del peso perdido corresponde a los líquidos acumulados (que se van eliminando a través de procesos diuréticos), la degradación de masa muscular (debido a la falta de proteínas) y un porcentaje íntimo que corresponde a las grasas. Al final de cuentas este tipo de dietas no sólo representan una pérdida de tiempo y sacrificios, sino que además también suponen grandes riesgos para la salud de quién las lleva a cabo.
Y ahí no acaban los percances, pues debido a los problemas que llegan a ocasionar, las dietas rápidas o milagrosas no deben ser sostenidas a largo plazo. Esto significa que adoptar el nuevo régimen como un hábito de vida, una vez sean suspendidos, se retornará a la clásica forma de comer, que seguramente llevará a una nueva acumulación de grasas, haciendo que todos los esfuerzos anteriores hayan sido en vano.
Los beneficios del ayuno… ¿En verdad son beneficios?
A pesar de toda información obtenida y que ha sido respalda a través de la ciencia, aún hay quienes mantienen su postura en cuanto al ayuno, asegurando que se pueden encontrar notables beneficios, siempre y cuando la práctica se lleve a cabo de la manera más adecuada y que básicamente consiste en ayunos planeados con lujo de detalle para no dejar nada al azar. Algunos de estos beneficios se mencionan a continuación, aunque es importante aclarar que muchos de ellos no pueden ser avalados científicamente, así que no deben ser considerados como aspectos provechosos reales para la salud:
- Es el mayor agente curativo natural conocido.
- Purifica el torrente sanguíneo.
- Libera el cuerpo de prácticamente todos los elementos nocivos por intoxicación.
- Elimina enfermedades. Cuando se alimenta a un cuerpo enfermo, se alimenta a la enfermedad.
- Mejora la circulación y limpia la obstrucción de los vasos sanguíneos.
- Restaura el bienestar del estómago, así como el de que casi todas las demás partes del cuerpo.
- Conserva la energía. Las personas enfermas no pueden recuperarse a menos que tengan reservas energéticas. Muchas veces los alimentos reducen o eliminan la poca energía que se tiene al enfermar.
- Cura el 99% de las dolencias funcionales
- Cura rápidamente enfermedades leves, como forúnculos, manchas en la piel, indigestión, dispepsia, estreñimiento, fiebre, anemia, asma.
- Ayuda a curar a largo plazo enfermeades graves causadas por impurezas en el sistema.
- Revitaliza el cuerpo
- Elimina los dolores de cabeza y otros malestares provocados por un consumo habitual de toxinas como el café o la cafeína
- Es una gran restaurador natural de la juventud; se recupera la elasticidad y tersura de la piel.
- Retrasa el envejecimiento celurar y prolonga la vida
- Ayuda a acabar con tumores, úlceras y bocios, y revitaliza las glándulas.
- Elimina el mal sabor de boca y purifica el aliento
- Restaura el tracto intestinal y lo devuelve a su estado natural.
Por otra parte en cuenta los puntos arribamencionados, ¿en verdad el ayuno es recomendable a pesar de llevarlo a cabo bajo un control estricto?. A simple vista, la ciencia nos dice que sí es factible y como prueba de ello son las investigaciones realizadas por el Instituto del Corazón Médico Intermountain en Utah, Estados Unidos en las que se encontró que la abstinencia a la comida puede ayudar a reducir los niveles de colesterol en la sangre, así como las probabilidades a sufrir enfermedades del corazón y la diabetes.
Este estudio fue llevado a cabo en 2007, donde los principales participantes eran mormones, debido a sus tradiciones religiosas que les inculca mantener ayuno durante 24 horas el primer domingo de cada mes. Tras finalizar, se encontró que en comparación a las personas que no llevan a cabo esta práctica, los mormones tienen un 39% menos de probabilidades de sufrir enfermedades coronarias. Los resultados fueron corroborados por el mismo grupo de científicos que estudió a otros 200 individuo con un estilo de vida totalmente diferente al de los religiosos, y a quienes también se les pidió que ayunaran un vez por mes.
Específicamente, el estudio consistió en que los participantes deberían seguir un ayuno de 24 horas, limitándose únicamente al consumo de agua, para seguir una dieta común en las 24 horas siguientes. Durante el proceso se llevaron a cabo análisis de sangre y mediciones físicas para comprender con exactitud los factores de riesgo cardíacos, metabólicos y de otra índole que podrían afectar a la salud en general. Al final se encontró que durante el ayuno, los niveles de colesterol bueno y malo, habían aumentado en un 6 y 14%, respectivamente, lo que obligaría al cuerpo a utilizar las grasas producidas como fuente de energía, en lugar de carbohydrates como el glucógeno o la glucosa. Esto también influyó en una menor producción de adipositos (células de grasa) que disminuyen el riesgo de sufrir hipercolesterolemia, diabetes y resistencia a la insulina.
No obstante, de gran importancia que a pesar de los cambios significativos que se manifiestan con la abstinencia a la comida, el ayuno no debe ser considerado como una opción depurativa o para adelgazar, y mucho menos si desea llevarse a cabo de forma regular. Al menos eso es lo que nos indica Benjamin Horne, uno de los científicos a cargo de la investigación realizada.
tal cual hace poco me amigue con el desayuno, y ya no lleg0 con ganas de comerme todo en la oficina, asiq ue es mejor desayunar, luego tomo como tempempie unas barritas de chocolate que consegui en mercadona, de todas las que probe me gusta el sabor y sacian bastante, porque ya no estoy comiendo nada luego, asi qeu eso de ls 5 comidas vale