Como calcular las calorías de una bebida alcohólica

Cada vez vemos en los medios de comunicación, más y más campañas en contra del consumo del alcohol, y es que esta sustancia es considerada por la Organización Mundial de la Salud como una droga, ya que suele causar adicción, tolerancia y en su ausencia aparece el síndrome de la abstinencia.

A pesar de ello, parece que ninguna de las campañas suele tener los resultados deseados, ya que también cada vez es más frecuente ver a personas de toda clase social, género y edades, consumir este tipo de bebidas. Quizás una de las principales causas de esto es debido a que por lo general, este tipo de movimientos suelen únicamente mostrar los mismos efectos negativos a la salud, y no suelen centrarse en otro tipo de problemas que se consideran de mayor impacto en esta sociedad donde la estética tiene mucha relevancia para el éxito: la obesidad y las enfermedades que desencadena. Y es que el alcohol suele aportar cantidades exuberantes de calorías vacías (aquellas que no aportan ningún tipo de valor nutricional) y que normalmente preferiríamos evitar al no comprar esa bolsa de papas fritas, los azucarados pasteles o ese bote de Nutella, porque sabemos de qué están hechos, caso contrario a las bebidas alcohólicas, que si le preguntamos a un frecuente tomador, seguramente no tendría idea de cómo responder.

¿Cuántas calorías se consumen en cada copa o vaso?

Para darse una idea, el alcohol aporta 7 calorias por cada gramo. En base a esto, podemos darnos un estimado de la cantidad de energías vacías que aportamos al cuerpo cuando decidimos ir al bar o asistir a una reunión o fiesta. Pero ahí no acaba todo, y es que también influyen otros factores como los añadidos que usamos al preparar licores o la misma azúcar que suele agregarse a bebidas como la cerveza.

Si tomamos en cuenta las exóticas preparaciones, vamos a darnos cuenta que con un par estaríamos ingiriendo cantidades alarmantes de calorías que no nos aportarán ningún valor nutrimental y que además, vendrán acompañadas de una sustancia nociva para la salud.

Para calcular las calorías que hay en una bebida alcohólica (0,794), se van a tomar en cuenta algunos valores como la graduación y la densidad del alcohol, aplicándolos a la siguiente fórmula:

[note note_color=»#d9e7ff»]Graduación alchólica x densidad x vol (cl) / 10 = gr de alcohol[/note]

Ejemplo:

Un ejemplo práctico podría ser el del Absolut que contiene una graduación del 40%, de la cuál, tomaremos 100 ml (10cl). La fórmula quedaría de la siguiente forma:

[note note_color=»#d9e7ff»]40 x .0794 x 10 / 10 = 31.76 grs[/note]

Ese resultado se multiplica por la cantidad de calorías que aporta cada gramo de alcohol (7), resultando en 222.32 calorías. Pero ahí no acaba todo, sino que deberás sumar la bebida gaseosa. Suponiendo que hemos complementado con 300 ml de refresco de toronja, habría que agregar unas 122 cal, resultando en un total de 347 cal por una sola preparación… pero, ¿en realidad tomarás solo una? Imagínate que con tres, estarías ingiriendo 1041 calorías y las que faltan en los vasos que no estamos tomando en cuenta.

También existe otra fórmula menos complicada:

[note note_color=»#d9e7ff»]Aporte calórico = Volumen x Graduación x Densidad (0.794) x Energía (7kcal)/100[/note]

Dónde:

• Volumen: cantidad de la bebida en ml
• Graduación: Porcentaje de alcohol en la bebida
• Densidad: densidad del alcohol (0.794)

El resultado será el mismo. Si tomamos el ejemplo anterior, quedaría de la siguiente forma:

[note note_color=»#d9e7ff»]Cal= 100 x 40 x 0.794 x 7 / 100 = 222.32 cal[/note]

Con esto, podemos darnos cuenta que consumir alcohol no sólamente nos exponemos a los efectos que generalmente suelen mostrarse a través de los medios de comunicación. Aquellas personas que acostumbran a entrenar, ponen en peligro todos sus avances, pues además de consumir calorías en cantidades abismales que no aportan ningún valor nutricional, también ven afectado su rendimiento a la hora de entrenar, debido a los síntomas ocasionados por la cruda, entre los que se incluyen la fatiga, etc, pero ese será un tema del que hablaremos posteriormente.

Así que ya lo sabes, cuando veas a un amigo ir por una botella, no trates de persuadirlo con las aburridas historias acerca del daño que provoca al hígado. Seguramente con mencionarle las cantidades mencionadas más arriba se lo pensará dos veces antes de ir por “una más”.