Tal y como ya se ha descrito en cientos de ocasiones a lo largo de diferentes artículos publicados en el blog, la alimentación tiene un papel vital en la ganancia de resultados óptimos, cuando se entrena de manera constante en el gimnasio. No obstante, uno de los problemas más recurrentes de este aspecto, es que los requerimientos nutrimentales no siempre logran completarse de manera exitosa, por lo que es necesario recurrir a suplementos alimenticios para suplir esa demanda, sin la necesidad de aportar calorías adicionales al cuerpo, que eventualmente se transformarán en tejido adiposo (grasa acumulada).
Por fortuna -o desfortuna-, actualmente podemos encontrar en el mercado una larga, casi infinita lista de opciones que actúan como suplementos alimenticios y que ofrecen diferentes ventajas, en función del objetivo del atleta, así como otros aspectos, según el tipo de cuerpo, metabolismo o estilo de vida del consumidor.
Sabiendo esto, queda claro que elegir el suplemento alimenticio ideal no es cosa fácil, y por eso, nada mejor que siempre tener una noción aproximada acerca de lo que el cuerpo necesita, para que de esta forma sea más factible tomar la decisión adecuada a la hora de elegir un suplemento, ya sea proteico, quemagrasas, multivitamínico, etc.
El ingrediente activo
El mundo de la suplementación va más allá de las proteínas en polvo. El mercado tiene para ofrecer suplementos que actúan como potenciadores de la combustión de grasas o para solventar desequilibrios nutricionales, en pro de mejorar el rendimiento del atleta, ya sea a la hora de entrenar, o durante las actividades cotidianas del día a día, como lo pueden ser, trabajar.
Por esa razón, es importante como primer punto, saber elegir el ingrediente activo. Un atleta que busca ganar músculo, deberá buscar suplementos hechos a base de proteína, mientras que otro que se encuentra en etapa de definición, podría optar por un adicional quemagrasas con Egcg o cafeína, que actúan como estimulantes y que aceleran el metabolismo. Como ya se mencionaba antes, todo depende del tipo de objetivo de cada persona.
Sin embargo, es importante tener información más a fondo sobre el ingrediente activo, para conocer sus efectos secundarios, reacciones inmediatas con medicamentos o la manera en la que afecta al embarazo. De la misma forma, hay que estudiar las probabilidades de que actúe como un alérgeno para el consumidor, así como su tiempo de absorción y coagulación en la sangre (en especial si se acostumbra al consumo de aspirinas), etc. En este caso, resulta crucial visitar al médico o consultar con el farmacéutico para tener una idea más clara sobre estas cuestiones.
La lectura de la etiqueta
La etiqueta habla mucho del suplemento que se piensa adquirir, pues en ella no sólo se encuentra la concentración del ingrediente activo, sino también de otros compuestos que se pueden albergar en el producto.
Algunas etiquetas pueden llegar a mencionar el lugar desde el que se ha extraído el ingrediente activo, aunque no refiriéndose a la ubicación geográfica, sino más bien a la parte del animal o vegetal.
Por mencionar algún ejemplo, podemos citar los suplementos herbáceos, que también deben incluir el nombre de la especie que se ha utilizado para su creación. Algunos de estos productos populares son los hechos a base de echinacea, de la cual se tienen estudios más profundos en la echinacea purpurea, echinacea angustifolia y echinacea pallida, ordenados descendentemente. Por lo general, los suplementos fabricados con esta planta, obtienen sus propiedades a partir de la raíz, debido a que esta es la parte más eficaz para el suministro del ingrediente activo.
Por otro lado, existen suplementos hechos a base de minerales que muestran la cantidad de cada uno de ellos, expresados en miligramos, tales como “Magnesio 100 mg”, “Hierro 0.20 mg”. Algunos productos pueden incluir compuestos de minerales como el Aspartato de Mangesio y que pueden causar confusión en cuanto a la cantidad destinada para cada mineral, si por ejemplo en la etiqueta se menciona “Aspartato de Magnesio 100 mg”. En este caso no se sabe cuanto es el porcentaje que corresponde a cada uno, así que lo mejor es optar por los productos que sí especifican las cantidades para ambos minerales.
En cuanto a las vitaminas, no hay mucho que decir, pues la mayoría de los suplementos multivitamínicos son comercializados por por farmacéuticas multinacionales que realizan sus productos con ingredientes de la más alta calidad. No obstante, hay que tener en cuenta que la mayoría de estas cadenas fabrican los suplementos a través de la sintetización de las vitaminas para abaratar costos, aunque esto no significa una pérdida en la calidad de la misma. La única vitma que puede obtenerse de forma natural en los suplementos es la Vitamina E, que se extrae a partir de un subproducto de aceite vegetal (aunque también puede sintetizarse). Para distinguir de un suplemento de Vitamina E natural o sintetizada, se debe leer la parte de los ingredientes, siendo que la primera opción aparece como d-alfa-tocoferol, mientras que la Vitamina E sintética se muestra como dl-alfa-tocoferol. La diferencia entre ambas es que la forma natural aporta beneficios mucho más potentes.
Absorción del ingrediente activo
Si bien el tiempo de absorción del ingrediente activo resulta importante para aprovechar a mayor velocidad las propiedades que aporta, resulta muy difícil encontrar el tiempo descrito en la etiqueta del producto, pues la mayoría de las empresas omiten este pequeño detalle en las presentaciones de los suplementos.
Los fabricantes deben someter sus productos a pruebas de disolución para asegurarse de que estos podrán absorberse de manera adecuada y así garantizar su efectividad.
Si bien es esencial que las etiquetas muestren el tiempo de disolución, nunca está demás saberlo, especialmente en las tabletas que resultan más difíciles de disolverse, entre las que destacan aquellas que contienen ingredientes como barniz farmacéutico, barniz alimentario, etil celulosa o recubrimientos gástricos.
Tecnología utilizada para liberación progresiva del ingrediente
Algunos suplementos pueden incluir la leyenda “Liberación gradual en el tiempo” dentro de las etiquetas, que indica que el período que le toma al producto liberarse por completo dentro del organismo es más tardado, o se hace de manera más uniforme.
La liberación de un flojo más frecuente de los nutrientes en la sangre ayuda a mejorar la absorción de los mismos en los tejidos, al mismo tiempo que prolonga la duración de los suplementos con vida útil reducida, tales como la Vitamina C.
Las vitaminas del Complejo B que se liberan al mismo tiempo ofrecen una clara ventaja sobre otros suplementos: las dosis diarias recomendadas son menores. Aunque se debe tener en cuenta que la liberación en el tiempo sólo supone un ventaja en función del suplemento y para qué se está utilizando.
Por otra parte, los suplementos de liberación sostenida también tiene precios más elevados, aunque han demostrado tener una mayor efectividad, sobre todo en los suplementos de acción breve como las vitaminas solubles en agua. Sin embargo, esta tecnología puede retrasar la liberación de Vitamina C y otros suplementos de acción rápida por varias horas. Si tomara un mayor tiempo, la píldora o cápsula sería desechada sin haber hecho el efecto requerido.
Compuestos alérgenos
Es muy importante saber si los productos a elegir cuentan o no con ingredientes que pueden desatar una sensibilidad en el organismo de quien los piensa consumir. Por ejemplo, una persona que es alérgica a los lácteos debería evitar el consumo de suplementos hechos en máquinas que utilizan leche para la elaboración de otros, o que ya de plano incluyen lactosa en el producto, tales como la proteína de suero de leche.
Otra de las consternaciones más frecuentes sobre los suplementos es su posible contenido de gluten, una proteína de trigo que causa reacciones desfavorables en personas que sufren de la enfermedad celíaca.
En estos casos, lo mejor es optar por productos que incluyen la leyenda “hipoalergénico” en la etiqueta, o aquellos que mencionan específicamente no contener algunos ingredientes alérgenos comunes como el trigo, gluten, lactosa, frutos secos, etc.
Si bien la lactosa no es un alergeno como tal, si causa efectos negativos en personas que tienen sensibilidad hacia ella y es por eso que cada vez se va retirando de productos tan populares como la misma proteína de suero de leche o casína, o en caso contrario, se fabrican alternativas como la proteína de soya.
Contenido de origen animal
También existen suplementos para vegetarianos con la leyenda “No contiene productos de origen animal” o “Vegetariano Kosher”, que indica que se trata de un suplemento que se adapta a los requerimientos o normas dietéticas de los judíos.
Algunos casos como las cápsulas de gelatina tienen su origen a partir de productos de origen animal, por lo que se clasifican dentro del mismo grupo. Por lo general, las compañías encargadas de fabricar estos suplementos anotan la carne como un ingrediente más o dentro del campo “otros ingredientes”.
También es importante tener en cuenta que algunas empresas farmacéuticas, cosmetológicas y de suplementos, realizan las pruebas de sus productos en animales, en forma de experimentación para asegurarse de no ocasionar reacciones adversas en los consumidores humanos. Pero eso sólo aplica para los productos que contienen ingredientes que se sabe tienen un riesgo mínimo en el cuerpo humano.
Uso de colorantes o aromatizantes artificiales
Afortunadamente, los colorantes alimenticios se jactan de ser seguros para el organismo, por lo que las indicaciones sobre los colorantes artificiales resultan teóricas, en su mayoría. Las reacciones alérgicas o la hipersensibilidad a los agentes colorantes más utilizados por la industria de los suplementos son raros y mejor dicho, inexistentes.
A día de hoy se tiene un registro sobre todos los colorantes conocidos que han sido analizados para descartar la posibilidad de efectos secundarios como el desarrollo de cáncer. La mayoría de estos colorantes provienen de alimentos y refresco embotellados, por lo que los ingeridos a través de los suplementos son mucho menores en comparación al de los productos que se incluyen en una dieta habitual.
A pesar de ello, la preocupación por parte de los consumidores sigue estando ahí, de manera que las compañías fabricantes han mostrado una respuesta positiva ante las necesidades o requerimientos de la clienta, al retirar la inclusión de estos aditivos en sus productos que vienen marcados en la etiqueta con la leyenda “Sin colorantes ni aromatizantes artificiales”.
Vida útil de los productos
Las piezas de algodón que se incluyen en los envases de algunos suplementos vitamínicos, o incluso medicamentos en forma de cápsulas o tabletas son conocidos como desecantes y su función es la de actuar como un inocuo para la absorción de la humedad que se encuentra en el interior del envase, para permitir que las píldoras se mantengan secas y en buen estado durante un tiempo más prolongado.
Sin embargo, el desecante sólo es eficaz hasta que el producto es abierto por primera vez, así que al hacer esto, lo más recomendado es desechar el algodón, ya que no podrá seguir absorbiendo la humedad por más tiempo, de manera que toda la acumulación caería sobre las píldoras, deteriorando su calidad.
Algunas personas agregan granos de arroz en el envase que también cumplen la misma función, aunque esto no es nada recomendado, ya que también se cuelan otros microorganismos y almidón, junto a otras fuentes de azúcar, se excluyen de los productos que no cuentan con la cobertura necesaria para ayudar a prolongar su vida útil tras la eliminación de la humedad. Para evitar el paso de esta, se debe mantener el envase cerrado a la perfección y guardar en un lugar donde la humedad no sea un problema.
Otros aspectos que pueden beneficiar a la duración de los productos es la exclusión dea aceites innecesarios, ya que se sabe que los suplementos aceitosos tienen una mayor tendencia a ponerse rancios u oxidarse a menos que puedan ser estabilizados durante su fabricación.
Las compañías encargadas de los suplementos también pueden hacer uso de conservadores alimenticios, aunque estos se limitan a dos por envase y no siempre se toman como la primera alternativa, por lo que el porcentaje de productos que podemos encontrar en el mercado y que utilizan estas técnicas, son muy reducidas, casi nulas.
Por otra parte, existen suplementos que tienen una sensibilidad a la luz como el SAMe y que perduran gracias a que los fabricantes los venden en envases opacos, o bien, en compartimientos individuales de aluminio para mejorar la protección del producto.
Por lo general, para aumentar aún más la conservación de los suplementos, las compañías añaden leyendas a la etiqueta del tipo “Guardar en un lugar fresco y seco” en las que se indican la mejores formas de almacenar los productos una vez estos son abiertos y quedan bajo total responsabilidad del consumidor. El calor por ejemplo, es uno de los factores que más influye en el deterioro de los suplementos, de ahí que se recomienden ubicaciones frescas para el almacenamiento. La temperatura ambiente no juega un papel crucial, sino más bien la temperatura alterada por aparatos electrodomésticos que son muy comunes en los hogares. Por eso es que no se recomienda tener medicamentos o suplementos cerca de refrigeradores, televisiones, ordenadores de mesa, etc.
Existen otros suplementos que deben guardarse en condiciones específicas, tales como los aceitosos y los derivados de alimentos como el aceite de salmón, por mencionar algún ejemplo. En estos casos se recomienda conservar el producto a temperaturas bajas, precisamente dentro del refrigerador, aunque para tener indicaciones más concretas, lo mejor es leer la etiqueta. Lo mismo sucede con los suplementos que contienen bacterias vivas para evitar su descomposición prematura.
Algunas personas creen que añadir aceite de Vitamina E puede ser ideal para conservar los productos, no obstante, esta opción no es aconsejable, ya que la acción antioxidante de la Vitamina E que se comercializa de forma general, primero se transforma utilizando enzimas digestivas para combatir los radicales libres.
Para estar mása seguros acerca de la vida útil de los suplementos, se debe leer la fecha de caducidad. Por norma estricta, esta debe ser incluida en la etiqueta o el envase del producto. Aquellos que no contienen el lote (para el control de calidad) y la fecha de caducidad, no son productos de confianza y muy posiblemente hayan sido adulterados o tengan un origen incierto.
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