Dentro de la comunidad fitness, el consumo de proteínas está asociado a la construcción de masa masa muscular, aunque ciertamente se trata de un macronutriente indispensable para llevar a cabo funciones como la regeneración de tejidos (piel, órganos internos, cabello, uñas), hemoglobina, hormonas como la testosterona y algunas enzimas que nos protegen al permitir la producción de anticuerpos. En otras palabras, la proteína es un alimento imprescindible para la vida.
Una persona que se somete a una dieta para la construcción de masa muscular, obligatoriamente tiene que aumentar el consumo diario de proteínas, lo que en la mayoría de las ocasiones se resume en seguir un plan alimenticio a base de pechuga de pollo y pavo, salmón, carne de res, huevos… vaya, lo básico.
A estas alturas, seguramente muchos ya se han aburrido de este tipo de dietas, por lo que con el fin de romper la monotonía, hoy vamos a mostrarte cinco alimentos ricos en proteína y que probablemente no consumes con mucha frecuencia, pero que le darán un toque mucho más divertido y atrevido a tu régimen alimenticio.
1. Almejas
Las almejas suelen ser muy populares en tierras cercanas al mar, por lo que no se trata de un alimento fácil de conseguir, sin mencionar que también suelen ser costosas, por lo que probablemente para muchos sean un lujo más que una alternativa a los alimentos proteicos de toda la vida.
No obstante, darse un gusto como estos de vez en cuando es algo que un gran número de personas necesitan para retomar la motivación nutrimental nuevamente y seguir progresando hacia sus objetivos.
Además de su alto contenido en proteínas, las almejas son también ricas en vitamina C y hierro, por lo que aportan nutrientes que muy pocas veces conseguimos en otras soluciones como la pechuga de pollo.
Una de las grandes ventajas es que estas pueden cocinarse fácilmente, basta con colocar en una sartén con un poco de agua hirviendo y dejar calentar a fuego alto hasta que se habrán. Posterior a ello sólo toca sazonar y acompañar con una buena ensalada para tener una comida completa.
2. Langosta
La langosta también suele ser popular en lugares cercanos al mar debida a que su pesca está permitida, sin embargo, quizás uno de los problemas a los que debemos enfrentarnos quienes no tenemos la oportunidad de salir a pescar unos buenos ejemplares, es pagar su precio. Y es que un kilogramo de langosta puede rondar hasta lo 50 dólares (algo así como 1000 pesos mexicanos), lo que le hace difícil de conseguir.
Sin embargo, al igual que las almejas, este tipo de lujos podemos permitirnoslo de vez en cuando para romper la monotonía de la dieta.
Si hablamos nutricionalmente, la langosta es un alimento rico en proteínas, al mismo tiempo que resulta saludable, ya que contiene significativamente menos grasa que la carne de cerdo y la res, además de que su sabor sin duda hará que tu paladar experimente cosas bastante agradables mientras la consumes.
El método de preparación favorito de los chef puede resultar algo cruel para una persona común, ya que este consiste en cocinar la langosta en agua hirviendo mientras aún está viva; esto con el fin de preservar los jugos para no sacrificar su sabor. No obstante, cuando se trata de cocina casera podemos ahogarlas en agua hirviendo o bien, utilizar un cuchillo para romperles el cascaron a la altura de la cabeza, procurando que la mayoría de sus jugos no se desperdicien.
Una vez logrado esto, bastará con sazonar con un toque de aceite de oliva o mantequilla, después colocamos sobre una sartén caliente durante tres minutos y damos vuelta, procurando añadir los jugos dentro de la sartén nuevamente para seguir cocinado otros 4-5 minutos. Durante este tiempo verás cómo la langosta se torna de un color rojizo, tal y como lo vemos en las películas.
3. Carne de venado
La carne de venado es otro de los manjares que la naturaleza tiene para ofrecernos y, al tratarse de un animal que se alimenta exclusivamente de pasto y que pasa la mayor parte de su vida en actividad continua, su carne suele ser bastante magra, aportando un total de 3.2 gramos de grasa por cada 100 gramos.
El aporte proteico asciende hasta los 30 gramos, además de que incluye otros nutrientes como potasio, calcio, hierro y magnesio.
Este tipo de carnes también suele llevarse muy bien con las marinadas a base de vino tinto y aceite de oliva, por lo que no encontraremos muchos problemas a la hora de prepararla. Al igual que la res, el venado debe cocinarse a término medio de preferencia con el fin de no perder los jugos y eliminar su sabor único.
Debido a que se trata de un alimento muy bien balanceado y de calidad premium, podemos utilizarlo en cenas dentro de ocasiones especiales, acompañado de un buen vino, champiñones y tomates cherry salteados, etc.
4. Conejo
El conejo, aunque puede criarse prácticamente en cualquier granja, lo cierto es que se trata de un alimento poco popular en la mayoría de las cocinas tradicionales de las urbes, lo que resulta extraño, ya que se trata de un alimento muy completo que destaca por el valor nutricional de su carne.
Entre las ventajas de este tipo de alimentos destaca el hecho de por cada 100 gramos de carne, encontramos un total de 140 calorías, de las cuales una gran mayoría provienen a partir de las proteínas, mientras que otras tantas a partir de las grasas. Ciertamente, se trata de un alimento que no contiene mucho colesterol, pero sí aporta vitaminas del complejo B, vitamina A, calcio, potasio, fósforo y sodio.
El conejo tambíén es sumamente fácil de preparar, se puede hacer a las brasas, en caldo, a la plancha y en decenas de métodos que ya queda a la imaginación de cada quien.
5. Pez espada
El pez espada también es un alimento difícil de conseguir debido a que para la mayoría de los pescadores supone todo un reto su captura. Sin embargo, una vez en nuestras manos seremos testigos de los impresionantes beneficios que tiene para nuestro organismo.
Y es que al ser un pez de carne blanca, nos aseguramos de tener un alimento magro que nos aporta únicamente 121 calorías por cada 100 gramos de peso, siendo que la mayoría de estas proviene a partir de proteínas de alto valor biológico, mientras que el resto se limita a grasas no saturadas y ácidos grasos Omega 3. Aporta tan sólo 39 mg de colesterol en cada porción.
Además de ello cuenta con minerales como el calcio, hierro, zinc y potasio, además de vitamina A, E y algunas más del complejo B, entre las que destaca el ácido fólico.
El pez espada puede prepararse de múltiples formas, siendo que para preservar su calidad nutricional podemos cocinarlo a la plancha, acompañando de ensaladas, aliños, con hortalizas y vinagreta o incluso con pasta.
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