Hablar sobre la pérdida de grasas y la práctica de ejercicio cardiovascular o anaeróbico (levantamiento de pesas por ejemplo), es ya una costumbre como el hecho de esperar que mañana va ser otro día. Sin embargo, a lo largo del tiempo hemos aprendido que la actividad física no siempre es necesaria para lograr esto, de hecho, son muchas las personas que le dan una mayor importancia a este factor, lo que muchas veces termina siendo contraproducente para obtener verdaderos resultados.
Y es que en innumerables ocasiones hemos hablado acerca de la importancia de la nutrición y cómo afecta en el 70% de los resultados obtenidos durante un proceso de transformación, por lo que aún a pesar de realizar intensas horas de ejercicio cardiovascular o levantando pesas, si no se sigue una dieta de manera adecuada, probablemente no vamos a notar cambios significativos y, en el peor de los casos, estos pueden llegar a ser nulos.
Para que una persona pueda perder grasas debe someterse a un déficit calórico diario, es decir, consumir menos calorías de las que gasta. No obstante, el tema no acaba ahí, pues las calorías no lo son todo en este mundo, ya que influyen otros aspectos fisiológicos que también se involucran en este complejo proceso. Dicho de otra forma, comiendo 1000 calorías de cheesecake no tendrán el mismo efecto en tu cuerpo que consumir 1000 calorías entre frutas y verduras, complementadas con carne magra como la pechuga de pollo.
Sabiendo esto, resulta mucho más fácil entender que la quema de grasas no es un tema tan simple de explicar, pero no por ello habrá que partirnos la cabeza para entender y cuidar hasta el detalle más íntimo y así obtener los mejores resultados. Estructurar una dieta en base a las necesidades, a manera general, es igual a cada persona. Y me refiero a manera general en el aspecto de que se pueden incluir los mismos alimentos para una persona que pesa 100 kilogramos y otra que pesa 70. La diferencia sobre todo, se concentra en la distribución de los macronutrientes que cada comida nos aporta.
Por esa razón, hemos decidido hacer esta pequeña guía con la que podrás planificar un desayuno ligero que te ayudará a perder grasas de manera efectiva.
¿Qué alimentos incluir en mi desayuno ligero para bajar de peso?
Los carbohidratos
Para que la pérdida de grasa pueda ser lo más efectiva posible, hay que poner empeño sobre todo, a eliminar o mejor dicho, reducir, la ingesta de carbohidratos, especialmente los carbohidratos de absorción rápida que se encuentran en los refrescos embotellados, bollería y todo tipo de alimentos procesados como cereales de caja, congelados, galletas, pasteles, etc.
El consumo de carbohidratos debe limitarse únicamente a aquellos que podemos encontrar únicamente en las frutas y verduras. Si bien las frutas pueden contener grandes cantidades de azúcares, también es cierto que aportan vitaminas, minerales y fibras, así que son una alternativa mucho más saludable para incluir en la dieta, junto con las verduras.
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Las proteínas
Independientemente de cuál sea tu objetivo, las proteínas nunca deben hacer falta en un desayuno ligero. En la mayoría de los casos, solemos asociar la proteína con la carne. No obstante, el huevo es una fuente proteíca con mayor valor biológico, por lo que incluir un par de huevos, especialmente la claras, te ayudará a tener un mayor balance nutricional para hacer el desayuno ligero ideal.
Hay muchos mitos con respecto a los huevos como el hecho de que contienen grandes cantidades de colesterol, y debido a ello su consumo debe limitarse a dos o cuatro por semana. Pero nada más alejado de la realidad; comer dos o cuatro huevos al día, incluso puede resultar benéfico para tu proceso de transformación, así que no le tengas mucho miedo a este espectacular alimento que además es muy versátil y puedes preparar en cuestión de minutos.
Además del huevo, podemos encontrar proteínas en otros alimentos como la leche y algunos más de origen vegetal como las lentejas, la soya, quinoa, semillas de chía y un largo etcétera más que son perfectos para incluir en tu desayuno.
Recuerda que las proteínas, además de tener un papel fundamental en el crecimiento de la masa muscular, también son excelentes para adelgazar, ya que crean un efecto saciante en el estómago que puede prolongarse durante horas y que te ayudará a reducir tu ingesta durante el desayuno y a lo largo del día, hasta que sea hora de tu siguiente comida.
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Grasas
Muchos creen que para perder la grasa acumulada en el cuerpo es necesario reducir el consumo de grasas, cuando en realidad, son los carbohidratos que debes mantener a raya. Se ha demostrado científica y empíricamente que las dietas cetogénicas son incluso más efectivas en la quema de grasas que una dieta normal, así que asegúrate de incluirlas en tus comidas, especialmente en el desayuno.
Lo ideal sería que de todas las calorías que ingieres durante el día, al menos el 40-50% provengan de las grasas. Cuando haces esto durante mucho tiempo enseñas a tu cuerpo a que utilice este macronutriente como fuente de energía principal, lo que te hará eliminar las reservas excesivas de manera mucho más rápido.
Una de las ventajas de este tipo de dietas es también que las grasas, al ser una fuente de energía mucho más lenta de absorber, ayuda a mantener el hambre, lo que se traduce en una menor ingesta calórica y por tanto, en un mayor adelgazamiento a la larga.
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