Hoy en día, y como siempre lo ha sido, es muy frecuente ver que por las tardes, la mayoría de los gimnasios se llenan a tope,y es que francamente, para muchos, este es el mejor horario para entrenar, dado a sus obligaciones laborales. Sin embargo, lo que no muchos saben, es que hacer ejercicio por la mañana, es un hábito que debe ser tomado por la mayoría de los atletas, para de esta forma rendir aún más en los entrenamientos, puesto que para esos momentos no es común lidiar con la fatiga del trabajo o la escuela.
Afortunadamente, cada vez son más los gimnasios en los que se ofrecen horarios más extensos, permitiendo a quienes así lo prefieren, ir a sus entrenamientos antes de acudir a sus obligaciones diarias. Eso sí, no vamos a negar que levantarse muy temprano para ejercitarse, requiere de mucha fuerza de voluntad, pero que a la larga se convierte en hábito fácil de llevar.
Existen muchos motivos por los que entrenar en las mañanas resulta más beneficioso para cualquiera, entre ellos, es que este es uno de los momentos en los que el cuerpo se encuentra totalmente descansado, un paso fundamental para rendir mejor en las rutinas.
Además de ello, también es importante conocer que nuestras cargas de glucosa en el organismo son demasiados bajas, ya que todas habrán sido consumidas por la noche. Esto significa que al no contar con esta sustancia, el cuerpo dependerá de las grasas reservadas como fuente de energía para hacer los ejercicios; sin embargo, será más difícil hacer las rutinas de fuerza, ya que no se cuenta con la energía suficiente para su realización. Este problema se soluciona con un desayuno rápido, ya sea una barrita energética o alguna fruta como los plátanos. A partir de entonces, será óptimo esperar al menos 30 minutos para comenzar a practicar la rutina del día.
Entre otro de los beneficios, es que el ejercicio matutino ayuda a afrontar la jornada laboral de forma más eficaz, ya que durante el entrenamiento se libera la que es conocida como la hormona de la felicidad, es decir las endorfinas. Esto también propicia a que el metabolismo esté más activo, lo que permitirá realizar cualquier tipo de actividad con un mejor desempeño.
Por último, pero no menos importante, es que a lo largo del día ya no se tendrá el pendiente de acudir al gimnasio, y una vez terminada la jornada laboral, habrá que ocuparse únicamente en descansar para comenzar con ganas el día siguiente.
1 comentario