A diferencia de los ejercicios aeróbicos, los anaeróbicos son descritos como aquellos en los que el oxígeno no es necesario para poder ser llevados a cabo. Estos se distinguen también por no requerir de grandes cantidades de tiempo, aunque sí son de alta intensidad, por lo que los músculos entrenados mediante ejercicios anaeróbicos, suelen desempeñar un mejor rendimiento, aumentando su resistencia y volumen, fortaleciendo así el sistema musculoesquelético.
Dado que los ejercicios anaeróbicos no requieren de oxígeno, utilizando únicamente la energía que se produce en los mismos músculos, podríamos decir que este tipo de entrenamientos no es recomendable para perder peso, dado a que el principal combustible proviene del azúcar en la sangre (glucosa) y el glucógeno de los músculos, en lugar de los ácidos grasos. Sin embargo, es necesario recalcar que con este tipo de entrenamientos se gana masa muscular, siendo que así se aumenta el metabolismo considerablemente, debido a las grandes cantidades de energía que las células musculares requieren para funcionar adecuadamente.
En pocas palabras, podemos decir que el ejercicio cardiovascular (aeróbico), combinado con el levantamiento de pesas (anaeróbico), es indispensable para maximizar la ganancia de masa magra y al mismo tiempo quemar grasas. Incluso cuando únicamente se busca aumentar el volumen del músculo, sigue siendo tan importante realizar sesiones de cardio para mantener una condición física favorable y una salud excelente.
Beneficios de los ejercicios anaeróbicos
En total, podemos destacar 4 importantes beneficios que se obtienen con la práctica de los ejercicios anaeróbicos:
- Desarrollo y fortalecimiento de la masa muscular
- Mejora de la resistencia
- Aumento en la tasa metabólica, evitando el exceso de grasa
- Mejora del sistema cardiorrespiratorio al requerir un mayor esfuerzo del corazón y el sistema circulatorio, pudiendo así, consumir más oxígeno durante los ejercicios
Aunque los beneficios de los ejercicios anaeróbicos son bastante buenos, hay que tener en cuenta que estos se obtienen de manera progresiva, y no de la noche a la mañana. Dependiendo del cuerpo de cada persona, los resultados pueden aparecer en los primero tres o hasta los seis meses luego de haber comenzado. Sin embargo, también influye un factor tan importante como lo es la alimentación, que de no realizarse adecuadamente, los resultados se retrasan considerablemente o en el peor de los casos, simplemente no aparecen a pesar del esfuerzo físico.
Consejos para la práctica de ejercicios anaeróbicos
Como con todo tipo de ejercicios que requiere de la intervención de los músculos del cuerpo, hay que tomar las precauciones adecuadas para poder llevarlos a cabo sin poner en riesgo la integridad física; por esa razón es importante siempre realizar una pequeña sesión de cardio y estiramiento de los músculos antes de comenzar el entrenamiento.
De la misma forma, se recomienda el ejercicio cardiovascular para prolongar la quema de grasas a lo largo del día, además de que con esto se remueve el ácido láctico de los músculos, evitando la aparición de las molestas agujetas y estimulando la circulación sanguínea, de manera que se mejora la funcionalidad de las articulaciones y la elasticidad muscular.
Antes de realizar cualquier entrenamiento, se debe consultar con el médico para evaluar la condición física y así determinar la cantidad y el tiempo adecuado para hacer este tipo de ejercicios. Las mujeres embarazadas deben abstenerse completamente.
En los primeros días es recomendable comenzar con ejercicios leves y que no requieren de movimientos complicados para así evitar cualquier tipo de lesión. Incluso tras tomar experiencia con el paso del tiempo, sigue siendo imperativo tomar las precuaciones necesarias como no levantar pesos que estén por encima de la capacidad muscular, o realizar movimientos bruscos que puedan propiciar a la aparición de lesiones graves.
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