Una de las principales diferencia que existen entre los atletas amateurs, es decir, aquellos que sólo vamos al gym para moldear la figura y mantener la salud, y los atletas profesionales, es que estos últimos tienen la capacidad de dejar atrás todos esos débiles pensamientos con tal de seguir entrenando para lograr sus objetivos. Los atletas pro pueden ignorar sus estados de ánimo y no permitan que estos les digan qué comer ni en qué cantidad. Tampoco se dejan llevar por el estrés de su vida laboral, ya que no ponen de excusa el arduo trabajo de la oficina para no asistir al gimnasio en un día específico.
Uno puede asegurar que para los culturistas, hacer ejercicio es tan indispensable como respirar, pues en muchas ocasiones sus vidas giran en torno a las competiciones, y eso les obliga a trabajar aún más en el gimnasio, al grado de que sus rutinas y entrenamientos suelen ser totalmente diferentes a las de un atleta principiante.
Quizás parezca exagerado… y siendo honestos, lo es, pero la verdad es que esta mentalidad les permite alcanzar sus objetivos fijados en el tiempo preestablecido; un detalle que muchos de nosotros no podemos cumplir. Pero no por ello significa que debemos sentirnos menos y mediocres o algo por el estilo, y es que nosotros mismos, con algo de disciplina podemos construir algo similar para que lograr nuestras metas, sin importar lo que nos propongamos.
Para ello no es necesario mantener una disciplina 100% similar a la de un culturista, pues eso le quitaría gran parte de la diversión que se obtiene al entrenar. A día de hoy, profesionales como Mike Christian, culturista profesional que pertenece al Salón de la Fama de la IFFB, han tenido la generosidad de contarnos sus grandes secretos y cómo le hacía para evitar caer ante la indisciplina cuando entrenaba para las competencias del nivel más alto.
Entrenando como todo un pro
La verdad es que los puntos que a continuación se revelan, son sólo la punta del iceberg que Mike Chiristian y otros culturistas desarrollan para llegar al más alto nivel, sin embargo, estos servirán como referencia para que cada quién pueda empezar a sembrar las semillas de lo que resultará el uno de los éxitos más gratificantes de cualquier atleta amateúr:
- Ignorar la tentación: una de las cosas que nosotros generalmente realizamos es que al momento de sentir esa tentación por comer un bocado más o probar cierto alimento que poco conviene a nuestro cuerpo, es combatir contra ella. Los profesionales hacen todo lo contrario y en lugar de martirizarse, preguntándose si comer o no ese pedazito de pastel, lo que hacen es ignorar sus deseos y concentrarse en otra cosa. Luego de 10 minutos, la tentación habrá desaparecido.
- Comer sin razón: Como ya lo mencionaba, estas personas no dejan que los sentimientos influyan en su dieta. Si tienen depresión o alguna emoción similar, simplemente la combaten con actividades como el ejercicio mismo.
- Cero comida chatarra: Literalmente, se abstienen de este tipo de comidas, incluso en eventos importantes, pues saben que existen alternativas más saludables que igual pueden saciar el apetito.
- Entrenar sin planificación: Ya lo hemos hablado en artículos anteriores, y es que acudir al gimnasio sin haber planificado una rutina previamente, no sólo supone la posibilidad de realizar ejercicios que sean poco adecuados para el cuerpo, sino que además interfieren con el tiempo disponible y esto puede propiciar a perder completamente el día.
- Entrenar concentrado: Por último, una de las formas de rendir de la forma más adecuada en la rutina de entrenamiento, es mediante la realización de los ejercicios con concentración absoluta. Cuando vayas a entrenar, apaga el teléfono, ignora el televisor en caso de haber uno y no hables con nadie, ni siquiera con los amigos. Como dice Mike Christian, “siempre habrá tiempo para echarse unas risas luego de una buena sesión”.
Recuerda que al momento de entrenar, la rutina que hayas estructurado, de preferencia con asesoría del instructor, debe ser desafiante. Si te sientes cómodo o cómoda con la rutina, significa que el entrenamiento no es el adecuado, pues no exige al cuerpo ese trabajo adicional para que los músculos tengan la estimulación necesaria para su crecimiento.
Tu dieta también debe estar planeada hasta el último detalle, no sólo en la cantidad de alimentos a consumir al día, sino también el horario. Un atleta profesional no se la pasa en la cocina abriendo el refri para buscar aunque sea una fruta, pues conocen a la perfección sus horarios de comidas, así como los alimentos que deben consumir en determinados momentos.
“Cuando consigas tu objetivo serás la persona más feliz del mundo y verás que todo el esfuerzo valió la pena”.
— Mike Christian
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