No hay duda que los problemas relacionados con la obesidad van aumentando día con día. Una de las principales causas, además de la falta de ejercicio, es que dado a las herramientas con las que contamos en nuestra vida diaria, resulta muy difícil prestar atención a lo que comemos durante el desayuno, almuerzo y cena, y simplemente se pierde la noción acerca de en cuánta cantidad se consume durante estas comidas.
Para evitar esto, te queremos contar unos pequeños tips para que prestes más atención a la cantidad de alimentos ingerida, y así logres una sensación de saciedad mucho más rápida, evitando cientos de calorías extras que a lo largo de los meses puede volverse un completo problema.
Fuera tecnología
Los programas de televisión, las redes sociales, entre otros medios nos distraen rápidamente, y es un hecho que hoy en día, son muchas las personas que utilizan su dispositivo móvil, computadora portatil o ven televisión mientras comen, lo que les hace distraerse por completo de la comida, y comer por pura intuición, pero sin medida. Por ello, es importante que durante estos períodos se esté lo más alejado posible de este tipo de tecnologías.
El sabor de la menta
Se sabe que la menta es un supresor del apetito. Esto significa que luego de consumir tu porción de alimentos, en lugar de ir a servirte más para llenar ese pequeño espacio de sobra, consumas alguna pastilla, un chicle, o incluso lavarse los dientes para quitarse las ganas de comer.
El postre sin arrepentimientos
Quizás seas de esas personas que marcan el final de una comida con un buen postre dulce. Está bien, no hay problema con hacerlo, siempre y cuando no optes por ingerir una enorme rebanada de pastel de queso o el gigante vaso con helado de chocolate. Solo limítate a consumir un puñado de frutas, una rebanada de sandía, un pequeño puño de almendras, etc.
Mantente en movimiento
Sin duda las pláticas con los amigos o la familia luego del plato principal, siempre son bien recibidas. Lamentablemente, el hecho de mantenerse en la mesa luego de acabar, incita a seguir comiendo, así que simplemente hay que moverse a la sala de estar para alejarse de las provocaciones casi irresistibles.
Si estás en un restaurante, puedes pedir la cuenta nada más termines de comer, y en caso de estar acompañado, puedes sugerir salir a otra parte para no seguir comiendo.
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