Según la opinión popular, comer entre 5 y 6 veces es sinónimo de mantener un metabolismo activo a lo largo del día, puesto que con el proceso de la digestión que se mantiene en constante trabajo, se propicia a una mayor quema de grasas debido al mayor consumo de energía por parte del tracto digestivo. Pero, ¿qué hay de cierto en todo ello?. La verdad es que hay muchas opiniones al respecto, pero como es normal, nosotros vamos a guiarnos en lo que la ciencia dice para poder llegar a conclusiones precisas.
¿Cómo afecta al metabolismo el constante consumo de alimentos?
En primer lugar, comer tantas veces puede acarrear muchos problemas a nivel fisiológico, ya que la sensación de saciedad debido a un estómago lleno, es la causante de reducir el rendimiento en las actividades diarias, puesto que el cuerpo trata de concentrar un porcentaje de las energías en el proceso digestivo.
Por otra parte, el efecto térmico de la comida, o lo que se puede traducir como la energía que se emplea para procesar los alimentos consumidos, apenas requiere un 10% de las calorías totales diarias, lo que en términos totales no representa un gasto excesivo al final del día. Suponiendo que una persona consume 2500 calorías al día, únicamente empleará 250 cal para la digestión, lo que no representa una cantidad significativa, a menos que hablemos a largo plazo. Recordemos que un kilo de grasa equivale a 9000 calorías y por tanto, tendríamos que comer a este ritmo por 36 días seguidos para perder apenas 1000 gramos.
Sabiendo esto, fácilmente podemos deducir que lo que importa no es la cantidad de veces que comemos, sino la cantidad de alimentos que consumimos. Para perder peso, naturalmente habrá que suministrar al cuerpo una cantidad de calorías menor a las que necesita para mantenerse en forma. Si este número es excedido, eventualmente se llega a un estado de obesidad y otras enfermedades que eso conlleva.
Muchos estudios científicos se han tomado la tarea de estudiar este tema más a fondo, como el caso del Centro de Nutrición Dunn en Francia, en el que luego de analizar y comparar el gasto energía en dos grupos de personas (uno de ellos comía tres veces diariamente, y el otro, seis veces), se llegó a la conclusión de que no había alguna diferencia en ninguno de los dos. Lo mismo sucedió con otro estudio llevado a cabo por la Universidad de Ottawa en Canadá, en donde tampoco se registró un aumento en la tasa metabólica entre los grupos que comían más veces por día y los que comían solamente tres veces por día.
La relación entre el aumento de glucosa y la frecuencia de las comidas
Algunas personas creen que comer con mayor frecuencia, en porciones pequeñas, es ideal para controlar el nivel de azúcar en la sangre. Y es que en teoría, comer en porciones más grandes, conlleva a un aumento de glucosa, nada más al terminar, que sería lo contrario al comer raciones más limitadas.
¿Qué dice la ciencia al respecto?. Según el estudio realizado por la Universidad de Siracusa en Estados Unidos, observaron que las personas que comen menos veces al día, mantienen sus niveles de azúcar estables, a pesar de comer más en cada comida. Aún así, también se determinó que algunas personas que ingieren en menos sentadas tendría esos picos de azúcar, pero manteniendo los niveles de glucosa bajos, lo que resulta más favorable para el cuerpo.
Estos estudios también se avalan gracias los beneficios que aportan los períodos cortos de ayuno (como la reparación de las células y producción de hormonas, etc.) durante las horas de sueño y que se prolongan hasta por 8 y 12 horas al día. Hay que entender que nuestro cuerpo no ha evolucionado para estarse alimentando de forma tan constante y de hecho, hacer esto y sin medida, puede provocar consumir más calorías de las que se requieren, propiciando al almacenamiento de energía en forma de grasa.
Conclusión
Entonces, ¿cuántas veces debo comer al día?. Como decía, lo importante no es cuántas veces comer, sino controlar la cantidad de alimentos para obtener mejores resultados según el objetivo de la dieta, ya sea mantener, perder o ganar peso, pero sin forzar al cuerpo como para que el proceso digestivo esté activo durante todo el día.
Comer entre tres y cuatro veces es lo recomendado, aunque también depende de los hábitos y las actividades cotidianas, incluso el tradicional ritual de desayuno, almuerzo y cena es aconsejable para cubrir las necesidades calóricas diarias.
Como dato extra, es aconsejable tomar un desayuno rico en proteínas y abundante, pues de esta forma se activa el metabolismo para todo el día y se logra controlar el apetito entre comidas. El almuerzo debe ser más moderado, pero también balanceado y por último la cena, debe ser ligera y llevarse a cabo horas antes de dormir para permitir la digestión de los alimentos consumidos y así no interferir con el tiempo de descanso.
Para finalizar, y aunque tal vez no sea necesario mencionarlo, los atletas que comen más veces no se ven afectados por el gran número de veces que comen al día, ya que al contar con más masa muscular y realizar entrenamientos intensos que demandan mucha energía, su cuerpo debe estar abastecido constantemente con combustible para llevar a cabo sus actividades sin problema alguno.
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