El Sauna es una costumbre que comenzaron los finlandeses durante el siglo XX, siendo considerado como un lugar sagrado ubicado usualmente en el patio de las casas. Hoy en día es una costumbre muy popular en diferentes países y culturas, con muchos beneficios para el cuerpo humano y ciertas contraindicaciones que hay que tener en cuenta.
Antes de hablar sobre el Sauna como una alternativa para adelgazar, es importante destacar que existen distintos tipos de saunas, con características y beneficios particulares. El más conocido es el Sauna finlandés o seco, y también está el baño turco o Sauna húmedo.
¿Qué diferencias tienen el Sauna finlandés y el baño turco?
El Sauna seco o finlandés es un habitáculo hecho de madera sin tratar, de modo que la misma sea capaz de absorber la humedad que pueda haber en exceso. Tiene bancos de distintas alturas a disposición, con las más altas concentrando mayor temperatura ya que el calor asciende. Dispone además de un calentador eléctrico que es el encargado de proporcionar la temperatura ambiente, que oscila entre los 70 y 100 grados centígrados, y también alberga piedras volcánicas, donde cada vez que se vierte el agua se provoca un golpe de vapor.
Por su parte, el Sauna húmedo o baño turco, suministra el calor mediante vapor de agua. Su temperatura es bastante inferior a la del Sauna seco, oscilando entre los 25 y 50 grados centígrados dependiendo de la altura. Es un ambiente saturado por vapor de agua, impidiendo sudar, por lo que estando en el baño turco se suda menos que en el Sauna finlandés.
¿Entonces, el Sauna adelgaza?
No, el Sauna no adelgaza. Al menos no de manera real, ya que si bien es cierto que tras una sesión estando en la habitación podemos ver que perdimos peso, esto se debe a que nuestro cuerpo pierde agua por estar sometido a altas temperaturas, así que en el momento en el que nos hidratemos de nuevo, recuperaremos esos líquidos perdidos y volveremos a donde estábamos, sin haber adelgazado nada.
Es muy común en la actualidad buscar maneras fáciles de perder peso, formas en las que no hay que hacer esfuerzo físico o sacrificios en la alimentación. Lo cierto es que para perder peso se necesita quemar grasa, y en el Sauna eso es imposible ya que solamente se eliminan toxinas a través del sudor, lo cual es algo completamente diferente.
Beneficios de entrar al Sauna
Eso sí, a pesar de no ayudarnos a perder peso, podemos hablar de varios beneficios de entrar al Sauna:
- Tiene un efecto relajante.
- Renueva la epidermis.
- Elimina toxinas del cuerpo por medio del sudor.
- Hace que los músculos ganen elasticidad.
- Aumenta las defensas del sistema.
- Mejora la respiración.
- Ayuda contra la artritis.
- Desarrolla la función cardiovascular.
- Libera endorfinas, eliminando el estrés y ayudando a combatir el insomnio.
Antes de terminar, vale la pena destacar que hay que tener ciertas contraindicaciones a la hora de ingresar a un Sauna. No se recomienda el ingreso de personas con problemas cardíacos, mujeres embarazadas o personas con problemas de hipertensión.
Consejos para el Sauna
Sigue estos consejos para que tu sesión en el Sauna sea un éxito y puedas pasar un momento de pura relajación:
- Limpia tu piel duchándote con agua templada.
- No te sientes directamente en el banco superior, siéntate primero en el inferior.
- Sal a los 10 o 15 minutos y dúchate con agua fría para realizar un contraste de temperatura.
- Es posible tomar un tiempo relajarte y volver a entrar de nuevo, mejor preparado para la parte superior.
- Cuando salgas de nuevo dúchate con agua templada o fría preferentemente, y utiliza un guante exfoliante para eliminar de tu piel las células muertas, sudor e impurezas que tengas.
- De nuevo, haz relax y abrígate para recuperar tu temperatura corporal. Ten cuidado de no hacer ningún movimiento brusco para evitar sufrir una baja en la tensión.
- Por último, hidrátate de a poco tomando agua mineral o zumos de frutas.
El gentilicio del natural de Finlandia es finés, no finlandés, por un demonio tengan mas cuidado.