A menudo se utilizan los laxantes para perder peso en exceso o evitar el estreñimiento. Sin embargo, es una práctica asociada con grandes riesgos de salud y que logra pocos efectos positivos y duraderos.
Los laxantes son fármacos o alimentos que se ingieren con el propósito de aumentar la frecuencia de deposiciones y la facilidad con que suceden. Las ciruelas, manzanas, frijoles y brócolis son algunos de los laxantes naturales más conocidos. Estos laxantes son muy ricos en potasio y fibra dietética, entre otras vitaminas y minerales. Son propiedades que generan efectos positivos en la digestión, por lo que pueden ayudar a aliviar el estreñimiento.
Pero hay casos más graves donde se puede necesitar de un médico para combatir el estreñimiento, y allí ingresan los medicamentos laxantes en juego. Por lo general, los laxantes prescritos de forma segura para combatir el estreñimiento crónico duran más de tres meses.
Estos laxantes medicados funcionan de distintas formas, aumentando las heces, suavizando su consistencia y lubricándolas para que salgan más fácilmente.
El uso y el abuso de los laxantes
Como con la mayoría de las cosas, los problemas llegan cuando se abusa del uso de los laxantes. Debido a la enorme cantidad de información que hay disponible en internet, son muchas las personas que se auto-diagnostican, esto sumado al exceso de medicamentos de venta libre, al evitar el costoso proceso de visitar un médico y al esfuerzo por curarse uno mismo. Un estudio entregado recientemente ha informado que el 16% de las personas que padecen de estreñimiento admitieron auto-diagnosticarse y haber utilizado laxantes.
Además, los laxantes no son reconocidos o recomendados por expertos para bajar peso de una manera eficaz o apropiada. Pero hay muchas personas que los utilizan con esa intención. Si bien pueden ser recetados en situaciones de estreñimiento crónico, los médicos advierten su uso persistente, incluso en aquellos casos crónicos ya que puede provocar problemas sobre el tejido del colon, causando que el cuerpo sea incapaz de expulsar heces, por una sobre-estimulación.
El problema es que en esta sociedad donde el glamour y la belleza están por sobre todo, la gente suele irse a los extremos para intentar bajar de peso sin hacer nada, por más que esto perjudique su salud.
Estudios han mostrado que la tasa de uso de laxantes a nivel mundial es muy alta, con millones al año gastados en esta droga. Es una estadística más que alarmante si tenemos en cuenta que hay muchos casos de personas no educadas o informadas sobre el correcto uso de estos medicamentos. Se suele relacionar el tomar laxantes como una “forma rápida” de perder peso, pero esto puede llevar a un problema variante de la bulimia, un trastorno alimentario grave.
¿Se pierde peso con los laxantes?
Lo que en realidad se pierde al consumir laxantes es agua. Contrariamente a la creencia popular, los laxantes medicados funcionan ayudando a liberar más rápido pero después de que los alimentos ingeridos fueron absorbidos por el intestino delgado. Entonces, solamente se estimula la pérdida de agua, minerales, comida no digerible y electrolitos.
Apenas se deje de tomar laxantes, la pérdida de peso se acumula nuevamente bastante rápido debido a que el cuerpo necesita reponer los líquidos perdidos. En caso de que se prolongue el uso de los laxantes, el cuerpo corre un alto riesgo de deshidratación, con consecuencias que pueden causar incluso la muerte en última instancia porque se pone en juego órganos vitales.
Efectos secundarios de los laxantes
Los laxantes no sólo no son la manera ideal de perder peso sino que además pueden tener muchos efectos secundarios indeseados. Uno de los más graves es el trastorno hidroelectrolítico, donde faltan los electrolitos, esenciales para que el cuerpo funcione correctamente ya que se encargan de mantener la homeostasis en el cuerpo. Cualquier problema relacionado con el trastorno hidroelectrolítico se puede meter con el corazón y las funciones neurológicas.
Los laxantes causan daños a la salud a largo plazo
Además de eliminar nutrientes y calorías importantes, reduciendo la absorción de niveles de electrolitos y grasa natural, el uso de laxantes causa diarrea, sangrado rectal y náuseas. Los daños irreversibles causados en el tracto intestinal por medio del uso de laxantes como medio de dieta pueden convertir al cuerpo en dependiente de esas drogas. Si el cuerpo está acostumbrado al consumo de las drogas y se detiene de repente su uso, los intestinos pueden bajar su velocidad y perder su capacidad para llevar a cabo el trabajo de eliminación de desechos del cuerpo.
Abusar de los laxantes en forma de dieta se considera como un trastorno alimentario grave y superar un ciclo de abuso requiere de, primero, reconocer el abuso y después aceptar la ayuda e intervención de especialistas de la salud, con dietistas y psiquiatras.
La salud es lo más importante, y hay muchas otras maneras de lograr un peso corporal estable y mantenerlo. Los profesionales saben bien que las soluciones rápidas, muchas de las cuales son vendidas comercialmente como mágicas, casi nunca funcionan como lo prometen. Una dieta saludable junto con un estilo de vida que incluya ejercicios siempre es la mejor solución para perder peso y llevar una vida saludable.
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